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 Alta traición al empresariado lagunero
Marcelo Torres Cofiño
En junio de 2019, connotados representantes del empresariado lagunero se reunieron durante dos horas con el Presidente en Palacio Nacional para instalar el Consejo de Fomento a la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico de La Laguna (Cofinence). Se dijo, en aquel momento, que sería uno de los 33 Consejos que se instalarían en el país con el propósito de facilitar el logro de las varias veces prometida meta de crecer a un ritmo de 4% anual.
  
Quienes acudieron a la cita se comprometieron con el Gobierno federal a elaborar un proyecto que identificaría inversiones estratégicas para impulsar el desarrollo en la comarca. Acostumbrados, como están los empresarios laguneros, a la excelencia, contrataron al muy prestigioso despacho Mackenzie, que es reconocido como uno de los mejores en el mundo.  Desconozco el monto que pagó el Cofinence, pero no debe haber sido nada barato.  
Fue así como en febrero de este año, el Consejo presentó el proyecto Rutas para el Impulso a la Inversión, Crecimiento y Empleo en La Laguna. Un plan que traza con gran precisión el camino que debe seguir La Laguna para generar prosperidad sostenida y sustentable. Y que establece como meta primordial elevar el PIB per cápita de la comarca, para que abandone el sitio 17 que actualmente ocupa a nivel nacional, y se ubique en el lugar número 9.  
Sin embargo, de poco sirvió tan importante esfuerzo de los empresarios de La Laguna. El Gobierno federal decidió ignorar a la iniciativa privada lagunera, no solo dejándola por fuera del plan de inversión anunciado hace unos días (que, no voy a negar que, de concretarse, será una buena noticia para las regiones beneficiadas), sino también ordenando cancelar fideicomisos, como el Fondo Metropolitano, que servían para llevar algunos recursos frescos a la región. 
Así, el empresariado lagunero, como el del resto de Coahuila y Durango, ha sido traicionado una vez más por un Gobierno federal que solo tiene ojos para las entidades que mayoritariamente votan por Morena. Y por supuesto, para satisfacer los caprichos presidenciales, como la refinería de Dos Bocas, que bajo las circunstancias actuales no debería estar siendo construida, porque no va a ser rentable en el corto plazo.  
Pero, por supuesto, aquí la gran pregunta es qué vamos a hacer los coahuilenses en general, y los laguneros en particular, para crecer a pesar de la alta traición presidencial.
Porque los empleos y el bienestar proyectados en el proyecto impulsado por el Cofinence son totalmente necesarios. La gran noticia es que ya existe un plan con el que están comprometidos los más importantes empresarios de la comarca y que ofrece las mejores perspectivas para el desarrollo de esa región, en beneficio, también, de nuestras entidades federativas.  
Desde el Congreso de Coahuila, no me cabe la menor duda, estamos totalmente dispuestos a apoyar a la iniciativa privada para que nuestro estado sea más competitivo a pesar del desprecio presidencial. Me encanta conversar con las y los ciudadanos y sé, por voz de ellos, que siempre preferirán tener un trabajo digno y bien remunerado, a recibir las dádivas del Gobierno. Pongamos, pues, manos a la obra.
Sin Bozal

.-INFORMACION PERIODISTICA LA PALABRA; es la mayor virtud y riqueza de un hombre, el que no la tienen ni cumple, esta hueco

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