¡Salvemos
changarros!
Marcelo Torres
Cofiño
E
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El impacto negativo que ya comienzan a sufrir
muchos de los hogares mexicanos, cuyos miembros se están quedando sin empleo o
sin clientes para sus productos, motiva el surgimiento de iniciativas, algunas
de ellas muy creativas, para confrontar con éxito la situación, bajo la certeza
de que el Gobierno federal no hará nada y que, por lo tanto, a la ciudadanía no
le queda más que arreglárselas por sí misma... No me cabe la menor duda que
cada intento será exitoso. ¡Tenemos con qué!
Lo deseable era, por supuesto, que aquellos que
ocupan las más elevadas responsabilidades en la nación, dejarán de contemplarse
en el espejo de la vanidad, endiosados consigo mismos, para tratar, al menos un
poquito, de entender la dramática realidad que están viviendo los ciudadanos.
Pero, en lugar de eso, cada día muestran más cómo fueron cegados por la ambición,
el poder y la soberbia
No hay ni el más mínimo esfuerzo para comprender,
por ejemplo, la tragedia que viven los propietarios de changarros que están al
borde de la quiebra por el desplome de sus ventas. Solo así se explica que
crean que un préstamo de 25 mil pesos, al que supuestamente van a poder acceder
algunos de ellos, va a impedir que cierren. Saben que se viene lo más duro de
la pandemia, porque así ha sucedido a nivel mundial, pero prefieren ignorar lo
que pasa y mentirle a la ciudadanía. Su comportamiento es casi criminal.
Con cierta frecuencia nos presumen imágenes y
videos en los que aparecen fingiendo ser clientes de los changarros. Hoy con su
absoluto desdén nos muestran que de nada sirven esas vistas a esos pequeños
negocios, porque no están interesados en comprender las necesidades ni los
problemas de sus propietarios ni de aquellos que allí laboran. A quienes mal
gobiernan México lo único que les importa es su propio bienestar. Por eso,
mandan a sus huestes a atacar rabiosamente en las redes sociales a quienes se atreven
a hablar con la verdad.
Pero, los mexicanos estamos despertando. Su
ausencia ante la crisis y la desfachatez con la que nos mienten en la cara ha
ocasionado que comencemos a encontrar la salida por nosotros mismos.
No nos hacen falta. Ojalá, cambiaran y se sumaran a
los que estamos de verdad tratando de mejorar a México, pero, si todo lo que
van a hacer es estorbar, mejor que se queden allá en donde no puedan hacer más
daño.
Nosotros unidos vamos ayudando a quienes generan la
riqueza de este país: a los micro, pequeños y medianos empresarios, y a todos
sus empleados. Que no se pierda ni una plaza laboral. Esa debe ser nuestra meta
Demostremos nuestro amor por México. Apoyemos a los
que más lo necesitan en esta enorme crisis que tenemos encima. ¡Salvemos
changarros!