Cuando
hablamos de una educación integral nos referimos a un enfoque educativo que
trata de ver al humano como un ser holístico inseparable de su esencia
emocional, cognitiva y social dentro de la escuela y de su comunidad. Se
diferencia del enfoque tradicional en donde únicamente se le daba importancia
al desarrollo de habilidades cognitivas y escolares, dejando de lado su
crecimiento creativo.
La
educación integral busca que los estudiantes se conviertan en seres
resilientes, capaces de reconocer sus emociones y las de los demás, sensibles,
empáticos, tolerantes, con valores, con visión a la resolución de problemas,
con un nivel académico adecuado, reflexivos, aptos para discernir entre lo que
les hace bien o mal en su vida y preocupados por su bienestar personal.
Este
enfoque busca que los alumnos se preparen de forma completa mediante un
aprendizaje significativo, respetando su ritmo, enseñándolos a trabajar en
equipo y contribuyendo al bienestar social.
Para
complementar la educación integral y poder llevar a cabo su objetivo, es
importante que la institución educativa y los docentes ofrezcan actividades
extracurriculares donde los niños y jóvenes puedan explorar nuevas habilidades,
gustos y encuentren un sentido mucho más atractivo, dinámico y divertido a la
asistencia a la escuela.
Las
actividades extracurriculares son todas aquellas que no están dentro del
programa escolar oficial y se imparten de manera opcional, sin representar una
carga académica para los estudiantes.
Si
bien, no son contabilizadas dentro de su promedio, impactan de manera positiva
para su desarrollo personal, académico y social, pues mejora el desempeño, se
activa la educación física, hace que los estudiantes descubran talentos y
gustos, aumenta la seguridad, interactúa con más compañeros y son divertidas.
Dentro
de las actividades extracurriculares más comunes se encuentran los deportes, el
arte, la cultura, clubes de ciencias, servicio social voluntariado y cursos
sobre temas de interés. Entre ellos, futbol, gimnasio, atletismo, baloncesto,
voleibol, natación, danza, teatro, música, canto, pintura, literatura, baile
folclórico, ajedrez, idiomas, cocina, computación, belleza, experimentos en
laboratorios, médicos de la risa, etc.
Es
importante que a lo largo del ciclo escolar se encuentren activas las
actividades extracurriculares, ya que también funcionan como una válvula de
escape al estrés generado por los periodos de evaluación,
Además,
aumentan el nivel de pertenencia a la institución educativa y descubre
habilidades en los jóvenes, generando un gusto por ellas que permeará en su
vida a largo plazo haciendo que prefieran el arte o el deporte a actividades
dañinas para su salud. Por lo que, las actividades extracurriculares también
son una forma de prevención de adicciones, reductoras de depresión y ansiedad y
disminuyen la brecha para las personas que les cuesta trabajo hacer amigos o
ser parte de un grupo.
Cuando
los alumnos están bien física, mental, emocional, social y cognitivamente puede
hablarse de una educación integral exitosa. Si bien, parece sencillo, la tarea
no es nada fácil. Para lograr este objetivo se necesita compromiso de los
directivos, docentes, padres de familia y estudiantes.