QUE
ACAPULCO NOS UNA
Por Fernando Rangel
de León
En el sismo de la Ciudad de México en 1985, el
Gobierno del PRI, de Miguel de la Madrid Hurtado, no hizo nada para rescatar
vidas humanas de los escombros, no dio la ayuda para atender a los heridos, no
proporcionó los víveres requeridos, no instaló albergues y no intervino para
nada eficaz y oportunamente en beneficios de los damnificados.
Fue la población capitalina la que auxilió en todo
lo que pudo a los damnificados, salvando vidas, curando heridos, brindando
bebidas y alimentación, proporcionándoles techo y haciendo todo lo que le
correspondía al Gobierno y que no lo hizo.
Quedó tan lastimada la población por la
irresponsabilidad del Gobierno que no hizo lo que debía en el sismo, que en 1988 los ciudadanos
votaron en contra del PRI, pero no en favor del PAN, cuyos miembros y
simpatizantes no arriesgaron su salud, su integridad personal y su vida; pues
los de este partido siempre se han caracterizado por permanecer en sus zonas de confort; sino
por el Frente Democrático Nacional FDN, que aglutinó a los partidos Partido
Mexicano Socialista PMS, Partido Popular Socialista PPS, Partido Frente
Cardenista de Reconstrucción Nacional PFCRN, y otras organizaciones de la
izquierda mexicana.
Fueron los ciudadanos de a pie los que ayudaron en
ese sismo; por eso en las históricas elecciones de 1988, le cobraron cara la
factura al PRI, votando por Cuauhtémoc Cárdenas, para Presidente de la
República; Porfirio Muñoz Ledo e
Ifigenia Martínez, para senadores por el Distrito Federal, por Cristóbal Arias
Solís y Roberto Robles Garnica, para senadores por Michoacán, y cientos de
diputados federales de todo el país.
Por esa lección los gobiernos del PRIAN, hicieron
el Fondo de Desastres Naturales FONDEN, para hacerle frente a huracanes,
ciclones, terremotos, desbordamiento de ríos y de presas, incendios y toda
clase de calamidades de la naturaleza; con miles y miles de millones de pesos.
Desafortunadamente esas multimillonarias cantidades
no llegaban completas a sus destinatarios: los damnificados; sino que la mayor
parte de ellas se quedaba en los bolsillos de los funcionarios y políticos que
intervenían en la entrega de víveres, mercancías, bienes, artículos de primera
necesidad y dinero.
Por eso ahora por los múltiples daños ocasionados
por el huracán Otis al bello puerto de Acapulco, Guerrero, el Gobierno Federal,
está entregando el dinero del FONDEN, o
de lo que fue de él, directamente a los damnificados, sin “coyotes” y sin intermediarios; con el auxilio del
Ejército, y de todas las autoridades
estatales y municipales, que están en contra de la corrupción.
Esa es una de las razones por las cuales se está atacando tanto al
Gobierno de México, que como ningún otro en la historia del país, desde el primer
momento en que Otis, devastó a Acapulco,
está ayudando con todo a la población toda en general y en particular a
los damnificados, para que la vida vuelva a la normalidad.
Pero la magnitud de los daños en Acapulco, hace
necesaria la unidad de todos los mexicanos, con la ayuda de la Cruz Roja
Mexicana, para que juntos codo con
codo lo restablezcan lo más pronto
posible.
Y los pocos malos mexicanos que no quieran unirse
para ayudar, que al menos no ataquen a las instituciones; porque como dice el dicho:
“mucho ayuda el que no estorba”.