Una realidad, El arsénico, riesgo
latente
Para frenar esta situación hay que hacer efectiva la veda, para que no se extraiga más líquido del absolutamente necesario, y esa es para consumo humano.
En una zona que no tiene salida al mar, como la Laguna que se está colapsando por falta del recurso natural.
Actualmente ya se dificulta distribuir agua de buena calidad para el consumo humano a través de los pozos de servicio en los municipios de San Pedro, Matamoros, Viesca y Francisco I. Madero por el lado de Coahuila y Tlahualilo, Mapimí, San Juan de Guadalupe y Simón Bolívar de territorio de Durango.
La producción de este cultivo se ha incrementado dentro de la zona denominada de reserva donde se supone está la mejor calidad del recurso.
El desequilibrio del acuífero de la región, lo provoca la excesiva extracción del acuífero principal.
Esto motivó que se aplicara el primer decreto federal como zona de veda, que se basó en el artículo 6º. de la Ley Federal de Aguas Nacionales, hoy Ley de Aguas nacionales.
Conservadoramente especialistas hidráulicos aseguran que anualmente se extraen del subsuelo alrededor de mil 200 millones de metros cúbicos por solo 600 de recarga, cuando mucho.
Por este desequilibrio, se ha visto afectada la calidad del agua de la región, con fenómenos como el hidroarsenicismo, metales pesados, sales, y nitratos, con lo que se afecta la salud de gran parte de la población, sobre todo de las comunidades rurales.
El sector agrícola consume del total del recurso natural el 90 por ciento, la industria el 6 por ciento y 4 por ciento el servicio urbano.
Las modificaciones al Artículo 27 Constitucional, trajeron como consecuencia los cambios en las políticas de inversión en el campo, favoreciendo al inversionista privado y al acaparamiento de agua.
Con ello, viene desapareciendo toda cultura de producción rural, orillando a los campesinos y ejidatarios a vender sus derechos de agua a particulares, en la mayoría de los casos, fuera de la legalidad.