Recuerdos
Torreón, Coahuila, Los armatostes del Centro Histórico afean la ciudad y obstruyen el tránsito peatonal y vehicular.
Esos puestos donde
se reubicaron los comerciantes informales que operaban en el primer cuadro,
acabaron con uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
Fueron construidos por el gobierno municipal encabezado por el alcalde José Angel Pérez Hernández.
Son unos horrorosos armatostes que se ubican en las calles Valdez Carrillo Cepeda, entre las avenidas Juárez y bulevar Revolución, en el área donde están el ex Banco de México, Museo Arocena, uno de los mejores del país y el Casino de la Laguna, entre otros.
En esos taburetes se vende fayuca, fritangas, piratería, chácharas y con ello se daña al comercio formal, a los visitantes a bancos, hoteles y otros negocios que se encuentran en la zona.
Esos adefesios que son estanquillos chapeados de aluminio, se han convertido por las noches en guarida de delincuentes, vagos y malvivientes que asaltan a cuanta persona tiene la mala fortuna de transitar por ese sitio.
Mientras estén los “módulos” en ese lugar no se puede hablar de modernización del Centro Histórico, por el contrario, representan una vergüenza para el turismo local, nacional y extranjero porque se encuentran en plena vía pública que se debe respetar.
La realidad es que semejan a un zoco moruno, un mercado árabe que afea terriblemente la imagen de Torreón que da la impresión de que es un rancho grande, sobre todo porque está en la misma área donde se ubica el centro cultural Museo Arocena, calificado como uno de los mejores del país.
“Esos armatostes desfiguraron y desnaturalizaron el rostro de aquella ciudad de los grandes esfuerzos”.
Se construyeron sin respetar el paisaje urbanístico y sin consenso alguno de los comerciantes establecidos y olvidaron la historia de Torreón de los años 40s, 50s y 60s cuando se activaron los proyectos para hacer de Torreón la “Perla de la Laguna”.
“Ahora esos taburetes vinieron a deteriorar la imagen de la ciudad y a obstaculizar el libre tránsito, pero ahí siguen aunque el desarrollo urbanístico se haya obstruido”.
Armatostes afean centro histórico
(En reiteradas
ocasiones desde hace poco mas de dos años sinbozal ha publicado esta información)
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sinbozalTorreón, Coahuila, Los armatostes del Centro Histórico afean la ciudad y obstruyen el tránsito peatonal y vehicular.
Fueron construidos por el gobierno municipal encabezado por el alcalde José Angel Pérez Hernández.
Son unos horrorosos armatostes que se ubican en las calles Valdez Carrillo Cepeda, entre las avenidas Juárez y bulevar Revolución, en el área donde están el ex Banco de México, Museo Arocena, uno de los mejores del país y el Casino de la Laguna, entre otros.
En esos taburetes se vende fayuca, fritangas, piratería, chácharas y con ello se daña al comercio formal, a los visitantes a bancos, hoteles y otros negocios que se encuentran en la zona.
Esos adefesios que son estanquillos chapeados de aluminio, se han convertido por las noches en guarida de delincuentes, vagos y malvivientes que asaltan a cuanta persona tiene la mala fortuna de transitar por ese sitio.
Mientras estén los “módulos” en ese lugar no se puede hablar de modernización del Centro Histórico, por el contrario, representan una vergüenza para el turismo local, nacional y extranjero porque se encuentran en plena vía pública que se debe respetar.
La realidad es que semejan a un zoco moruno, un mercado árabe que afea terriblemente la imagen de Torreón que da la impresión de que es un rancho grande, sobre todo porque está en la misma área donde se ubica el centro cultural Museo Arocena, calificado como uno de los mejores del país.
“Esos armatostes desfiguraron y desnaturalizaron el rostro de aquella ciudad de los grandes esfuerzos”.
Se construyeron sin respetar el paisaje urbanístico y sin consenso alguno de los comerciantes establecidos y olvidaron la historia de Torreón de los años 40s, 50s y 60s cuando se activaron los proyectos para hacer de Torreón la “Perla de la Laguna”.
“Ahora esos taburetes vinieron a deteriorar la imagen de la ciudad y a obstaculizar el libre tránsito, pero ahí siguen aunque el desarrollo urbanístico se haya obstruido”.