Unión—El rostro
Periódico 4º. Poder
El movimiento de López Obrador juntó
agua y aceite, izquierda y derecha, chicos y grandes y, en Durango, su alfil,
el presidente Mario Delgado Carrillo creyó que venir a la provincia es -como lo
dice AMLO- tierra de conquista y lugar para recibir pleitesía, imponer su
voluntad y sacar provecho político y económico.
Sí, desde antes, mucho antes, ya se
daban las concertacesiones que “inauguró” Salinas de Gortari pero hasta ahora
PRI, PAN y PRD saben o creen que juntos podrán vencer a la aplanadora guinda, sobre
todo si en el futuro los escogidos como candidatos tienen largas colas que les
pisen.
Lo que en Durango queda claro es que
la Morena de Mario Delgado no es imbatible.
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El rostro
Afable; congruente; accesible; tranquilo;
cortés; sencillo; amistoso; sociable; alegre.
Todo eso debe tener un dirigente, más
un funcionario público y más todavía un gobernador estatal.
Enseñar lo contrario nada bueno
augura, nada bueno promete.
El grito, los aspavientos, las falsas
lágrimas y las mentiras a nada bueno llevan; la falta de decoro, honestidad y
mesura menos.
La prueba… el resultado de las recientes elecciones donde Morena creyó
que postulando a la brava y a cualquiera, le daría el triunfo