Los tianguis
Miguel Ayax
González HubbardPeriódico 4º. Poder
Se vende ropa, artículos electrónicos, medicinas, utensilios de cocina y
muebles del hogar.
También herramientas bicicletas y hasta automóviles, camiones y todo
tipo de vehículos.
Atraen a mucha gente que prefiere ir a los tianguis a regatear y obtener
mejores precios que ir a las tiendas departamentales que creen que cada cliente
es dueño de pozos petroleros en Estados Unidos o marajás del lejano oriente.
Ahora, quizás aconsejado por el diablillo que de cuando en vez se acerca
al oído del presidente López Obrador, éste decidió hacer los “Tianguis del
Bienestar” y ya comenzó en poblados “pobres entre los pobres” de los Estados de
Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz a repartir ropa, calzado, aparatos y demás
adminículos… sin costo ninguno.
¿De dónde saca el gobierno para hacerla en pleno verano de Santaclós?
De lo que durante años la Marina, el Ejército y en las aduanas se ha
decomisado.
Dice el presidente que en lugar de que los artículos se echen a perder
en las bodegas o de allí los roben, prefiere su gobierno dárselos a quienes
poco o nada tienen.
Como se sabe, los barcos, yates, residencias, ranchos, armas y joyas
decomisadas han sido subastadas pero lo que sí cuesta -por decirlo de alguna
manera, al menudeo- el gobierno prefiere darlo en poblados de las montañas y
remotos ejidos donde la mayoría de la gente carece hasta de lo indispensable.
Ahora esperemos que en la tele, radio y periódicos se diga que así
propicia la flojera; que lo hace para ganar votos, que es populismo o
paternalismo… mientras que quienes reciben esa ayuda han de pensar que los
opositores al gobierno que los ayuda “digan misa”.