Salario
mínimo: un engaño más
Marcelo Torres
CofiñoSin duda: los salarios en México deberían aumentar más de ese 15% que se anunció para el mínimo hace unos días. Pero, deberían hacerlo impulsados por una mejora sustancial en la productividad de las empresas y en la economía del país y no, como sucedió, como consecuencia de un capricho presidencial
Una vez más, López Obrador, opta por agradar a sus
electores en vez de buscar el bienestar de México. Porque, por supuesto, son
muchos los que supondrán que, con el anuncio, el Presidente está demostrando
que “él sí piensa en los más necesitados”
Pero es uno
más de sus engaños. AMLO no tiene otro interés que no sea él mismo. Se han
cansado en demostrarlo, pero hay quienes todavía le creen.
La realidad es que los últimos 15 meses se
perdieron millones de empleos. Por supuesto que, con el “rebote natural” de la
economía, se han recuperado algunas de esas plazas laborales. Pero falta mucho
para volver a los niveles de ocupación que teníamos a mediados de 2019.
De hecho,
la espera será más larga gracias a las decisiones de un López Obrador que, como
jamás ha trabajado, no tiene la más mínima idea de cuánto cuesta abrir una
plaza laboral.
Encarecer los salarios artificialmente frena la
creación de empleos. En 2018, cuando el incremento al salario mínimo fue de 10%
se crearon, en números redondos, 660 mil nuevas plazas. El año siguiente, con
el aumento a los salarios de 16% solo se creó la mitad: 350 mil.
Hubo otros factores que inhibieron la apertura de
nuevas fuentes laborales en 2019. Pero no hay duda de que, encarecer la nómina
de las empresas sin un alza en la productividad, trastoca sus planes de
crecimiento e inversión.
Los salarios son un precio y, como tal, su valor fluctúa de conformidad con la oferta y la demanda. Si hay muchas empresas contratando personal, los sueldos aumentarán. La precarización de salarios, es decir, la baja en su poder de compra, obedece a que el país sistemáticamente ha sido incapaz de crear los trabajos suficientes.
Por eso, los gobiernos deberían estar ideando
maneras para que las empresas, en particular la micro, pequeñas y medianas se
consolidaran. Y también, para que otras muchas fueran creadas.
Ese es el único camino seguro para el incremento de los sueldos: ese que pasa por ampliar y fortalecer las capacidades productivas del país. Lo otro son falsos atajos. Son formas tramposas de decir: “ustedes van a ganar más... Cuando por fin logren conseguir un empleo”.
Ese es el único camino seguro para el incremento de los sueldos: ese que pasa por ampliar y fortalecer las capacidades productivas del país. Lo otro son falsos atajos. Son formas tramposas de decir: “ustedes van a ganar más... Cuando por fin logren conseguir un empleo”.
Aunque, es obvio que en el fondo este Gobierno lo
único que desea es que haya más pobres para que sus “ayudas sociales” sean cada
vez más necesarias. No entienden que, entre más dinero sea necesario repartir,
peor es la situación del país y su futuro.
Lo que necesitamos es, pues, incentivar la creación
de empleos. Dado que al Gobierno federal eso no le interesa, los gobiernos
estatales y municipales tienen que ponerse en la tarea. Por supuesto que no es
algo fácil porque no se dispone de los recursos suficientes. Pero más que
buscar pretextos es necesario preguntarse ¿cómo sí?
¿Qué es lo que necesitan las empresas para ser más
competitivas, para elevar su producción, para mejorar la comercialización de
sus productos y para, entonces, requerir más mano de obra y mejor pagada?
Busquemos juntos la respuesta y actuemos en
consecuencia.