PRIANDR
Miguel Ayax
González HubbardPeriódico 4º. Poder
Lo inimaginable, lo que creíamos imposible,
contranatura se ha dado: un engendro partidista de cúpulas que contra lo que
esperan los dirigentes de PRI, PAN y PRD, puede ser la debacle de esas
organizaciones políticas.
¿Cómo -nos preguntamos los electores que votamos
con independencia y por simpatía- lo haremos por un mazacote, nudo, revoltijo
donde se ha perdido la ideología, el dogmatismo y la cordura?
Deje usted que estos partidos náufragos den la razón a Morena y al presidente López Obrador de que éstos, ahora de oposición, son lo mismo, que son controlados por gente sin principios, defensores de privilegios y promotores de la corrupción.
Deje usted que estos partidos náufragos den la razón a Morena y al presidente López Obrador de que éstos, ahora de oposición, son lo mismo, que son controlados por gente sin principios, defensores de privilegios y promotores de la corrupción.
Luego de Fox y Calderón, Acción Nacional debía
haber hecho (como partido eclesial) un examen de conciencia, arrepentirse de
haber imitado en lo malo al PRI y éste, ante la escandalosa corrupción
generalizada de su clase gobernante, mejor le hubiera valido cambiar de nombre
y deslindarse de Peña, Beltrones, los Duarte, los Moreira, los “gobers
preciosos” y toda la cauda de ladrones y sinvergüenzas.
Tanto PRI como PAN tienen todavía arrastre y
simpatía en provincia porque en sus filas hay funcionarios y militantes
convencidos y honrados pero, en la capital del país muy poco que rescatar.
Del PRD ni hablar, va como rémora, invitado sólo por sus siglas que alguna vez, hace mucho, tuvo consistencia y solidez y ahora pesa menos que el Verde y su fama de venderse -cual prostituta- al mejor postor.
En Durango y Coahuila si PRI y PAN aceptan ese “matrimonio de conveniencia”, saldrán con pérdidas no sólo electorales, sino en las simpatías del electorado.
Del PRD ni hablar, va como rémora, invitado sólo por sus siglas que alguna vez, hace mucho, tuvo consistencia y solidez y ahora pesa menos que el Verde y su fama de venderse -cual prostituta- al mejor postor.
En Durango y Coahuila si PRI y PAN aceptan ese “matrimonio de conveniencia”, saldrán con pérdidas no sólo electorales, sino en las simpatías del electorado.
Allá ellos si de entercan en ese absurdo porque
además de perder en el juego electoral, perderán prestigio al echar por la
borda ideales, esfuerzos de años, enseñanzas de sus buenos ex dirigentes y el
poco prestigio que les queda.
¿Cómo acordarán lo relativo al aborto?
¿Cómo lo de los “matrimonios igualitarios”?
¿Cómo conciliarán si la vida comienza o no al
momento de la concepción?
¿Todo les parece poco ante la urgencia de ganar
curules?