Pleito en el INE
Miguel Ayax
González HubbardPeriódico 4o. Poder
Imposible no comentar el desencuentro sucedido antier en el Instituto Nacional Electoral entre su dirigente Lorenzo Córdova Vianello y el diputado federal del Partido del Trabajo Gerardo Fernández Noroña porque este último no aceptó ponerse el cubre-bocas al momento de hacer su exposición.
Quien quiera puede
ver la pelea en “Anonymus Azteca Mx” -lucha de dos a tres caídas- y con límite
de tiempo que impuso el anfitrión al declarar un receso y reanudar la sesión
que se hizo con los demás integrantes del INE de manera virtual.
Este hecho me causó
asombro por dos razones: una porque Fernández Noroña justifica sus acciones con
argumentos irrefutables, porque barrió y trapeó con los asistentes que estaban
en su contra (PRI, PAN y PRD) y a los que en ningún momento les faltó al
respeto.
Uno y otro expusieron los motivos; Lorenzo Córdova para que el diputado se embozara y éste para no hacerlo.
Uno y otro expusieron los motivos; Lorenzo Córdova para que el diputado se embozara y éste para no hacerlo.
Digo que cualquiera
que no haya visto el desencuentro puede hacerlo y sacar sus conclusiones pero,
su servidor vio que Córdova estuvo respaldado -lógicamente- por los demás
consejeros, la “cargada” pues y el diputado que no cedió ni cuando el
presidente del instituto le dijo que estaba allí como consejero y no como
diputado.
Fernández Noroña
contestó simplemente que si no fuera diputado no podría estar allí ni ser
consejero y que el fuero legislativo que todavía tienen diputados y senadores
no se pone o quita a voluntad.
Acusó a los
asistentes de ceguera al no ver los fraudes electorales, de hacerse los
desentendidos con lo sucedido en Coahuila y el Estado de México en las amañadas
elecciones igual que en las presidenciales y de tener salarios exorbitantes,
fuera de la legalidad y ser carentes de autoridad legal, moral y de cualquier
índole y remató diciéndoles racistas.
El otro asunto que
me causa asombro fue escuchar ayer por la tarde en Telefórmula, el noticiero de
Pepe Cárdenas, informando con tanta parcialidad, con enojo, con rencor... y por
la noche en Milenio televisión Azucena Uresti igual o peor y, desde luego, a
Ciro Gómez Leyva en Imagen descalificando al diputado, diciendo que es mal
ejemplo para los mexicanos y nomás faltó que pidieran para él desafuero y
cárcel.
Para mala suerte de
ellos, López Obrador, el presidente de la república al ser cuestionado al
respecto en “la mañanera” dijo que ellos son partidarios de la libertad y que
los conservadores proclives a las acciones coercitivas; que no hay que imponer
nada.
De Cárdenas, Uresti
y Leyva creo que así no debían actuar a menos que lo hagan por consigna, porque
un lector de noticias, un conductor de televisión y mucho menos un periodista
que se precie de serlo, usa esa parcialidad burda e indebida.
Sé que a mucha
gente el diputado del PT le cae mal por atravesado, belicoso y grosero en su
hablar pero, nunca, en la tribuna, ha dicho groserías a excepción de señalar
casos concretos y si algunos se sienten agraviados y ofendidos no han podido
rebatir sus palabras.
Con mentiras y
engaños los rencorosos como Cárdenas, la Uresti y todos los que hoy son
mortales -como usted y yo- y antes se creían todopoderosos e intocables,
pierden prestigio y credibilidad, no vergüenza porque nunca la han tenido.
Los conductores
podrán seguir alentando el odio a la izquierda, avivando los sentimientos de
quienes por interés partidista o económico aplauden todo lo que sea oposición a
los cambios nacionales pero no a los que nos gusta estar bien informados y
procuramos (aunque algunos no lo crean) sacar conclusiones objetivas y reflexionadas.