Achícale Margarito
Miguel
Ayax González Hubbard
Periódico 4º. Poder
Ya
sabemos que López Obrador el presidente de la república tiene a casi la mitad
de los mexicanos en su contra... y poco más de la mitad a favor de su persona y
sus políticas.
Unos
sólo le ven errores, otros únicamente logros y triunfos y sienten que
efectivamente está cambiando las cosas para bien.
El
combate a la corrupción y la impunidad, el meter a la cárcel a los cínicos
ladrones que durante décadas se enriquecieron robando al pueblo, son cosas
innegables y el presidente lo sabe.
Lo
que no sabe -y esa es mi humilde creencia- es que puede perder piso porque al
parecer, todo empieza a verlo color de rosa.
Si
se trata de los contagios de la pandemia... vamos bien; la curva se está
aplanando y ya sobran respiradores y camas para los enfermos.
Al
ser cuestionado sobre el hecho de que los delincuentes huachicoleros están
viendo que ese “negocio” ya no es redituable por la vigilancia del ejército y
que ahora están robando trenes, el presidente se limita a decir: “no tenemos
reportes en ese sentido”.
Y
un día antes a nivel nacional, por ejemplo, se exhiben vías de ferrocarril
bloqueadas con montones de tierra en la región de los yaquis y aunque allí no
es para robar sino para meter presión de grupos contra el gobierno, se sabe que
los convoyes eran y siguen siendo atracados.
Pa’cabarla,
ayer en Guerrero dice que los “Sentimientos de la Nación” los escribió el héroe
de quien ese Estado tomó el nombre y no como en realidad fue; escrito por José
María Morelos y Pavón, allí en Chilpancingo sí pero no don Vicente.
Un
dislate, un yerro, quizás por la rapidez como anda en sus giras, en sus
reuniones, en las múltiples juntas sobre la seguridad, la pandemia, con los
gobernadores.
Él
tiene todo el derecho de ser optimista; de hablar y magnificar sus logros pero
a veces sí dan ganas de decirle “achícale Margarito”.