Periódico 4º. Poder
Me lo soltó a bocajarro:
Miguel, ¿por qué defiendes tanto a López Obrador?
Porque creo amigo que en algunas cosas lo merece,
dije como respuesta y para abundar le expliqué que ahora y después de muchos
años comienza a esclarecerse lo ocurrido en Ayotzinapa; que se lograron las
extradiciones de Lozoya Austin y de César Duarte para que respondan por sus
delitos.
Sí, dijo pero dice muchas tonterías; está haciendo
el aeropuerto de Santa Lucía con un cerro que es un peligro y además predica la
pobreza pero sus hijos son ricos y la refinería de Dos Bocas va a terminarse de
construir hasta dentro de QUINCE años.
Oyendo la explicación quise dar por terminada la
plática sabiendo que en este y otros temas nunca se llega a una conclusión
satisfactoria para los que platican.
Insistió que si esto y que si lo otro y creyendo
como creo que está mal informado le pregunté si veía las conferencias del
presidente o sólo los canales de televisión comercial.
Vale aclarar que mi interlocutor trabaja en los
medios y porque como los que opinamos -creo- debemos conocer lo que se
argumenta de un lado y otro, le hice la pregunta.
¡No! me contestó, no lo veo.
Pues debías de hacerlo para que te formes un
criterio, dije.
Y me contestó: no lo veo porque me cae gordo... y,
lógico, con estos “argumentos” no hay quien se convenza de nada.
Así piensa y con un “me cae gordo” evita informarse
y saber qué está bien o cuándo se cometen errores que hay que señalarles al
presidente y a sus colaboradores lo mismo que a sus opositores.
¡No hay remedio!