¿Deveras comunican?
Miguel
Ayax González Hubbard
Periódico 4º. Poder
Todo político que se respete tiene y
necesita un grupo especializado que registre y publicite sus acciones, logros y
actividades.
Siempre la presidencia de la
república gastó cientos o miles de millones de pesos con esos fines y con otros
no tan transparentes para acallar críticas y mantener contentos a los
influyentes conductores de televisión, columnistas y locutores.
En los Estados de la república se
replican estos equipos y hasta en los municipios, del más poblado y con mayor
presupuesto hasta el pobre de solemnidad, tiene su director del departamento,
fotógrafos, camarógrafos y hoy, especialistas en redes sociales para estar al
tanto de los que de ellos se dice en twiter, facebook, instagram, etcétera.
En la Comarca Lagunera los alcaldes
-faltaba más- también cuentan con esos equipos; tienen subdirectores de área,
secretarias, caza-notas que se envían a los medios... que poco o nada publican.
Claro que en los ayuntamientos cada
dirección exhibe lo que hace o piensa hacer; hay varios portales que replican
ex-ac-ta-men-te la información oficial pero, hasta allí llega la influencia al
público y la efectividad de un gasto que sirve para encubrir otros que no
tienen cabida en las nóminas.
Entonces, personal, equipo, recursos,
oficinas y presupuestos son gastados en exceso sólo para guardar datos, cintas
y fotografías que alimentan el ego de quien los tiene y conserva en álbumes que
nadie ve.
Nota al margen: necesité hablar con
el jefe de Obras Públicas de Gómez Palacio Arturo Rodríguez de León para
tratarle un asunto que después explicaré con amplitud; llamé dos veces a su
oficina y no contestaron el teléfono porque supuestamente sólo tienen guardias.
Pedí a la directora de Comunicación
Social el celular del funcionario y me contestó que lo tiene “pero que es
privado”.
En la pasada administración ninguno
de los funcionarios municipales escondía sus teléfonos y estaban abiertos
siempre al cuestionamiento de los reporteros.
La transparencia presumida por López
Obrador en Gómez Palacio no opera; los funcionarios están ausentes o
atrincherados y ello habla mal de la alcaldesa Marina Vitela Rodríguez (tía del
jefe de Obras Públicas), de su jefa de “comunicaciones” y de la política que
siguen.
Bueno será saber si esos teléfonos
los paga la ciudadanía porque si es así, menos razón tienen para negárselos a
quienes los necesitan.
La apertura informativa y la
comunicación constante y efectiva que existió hasta la pasada administración
priista, desapareció con este gobierno presuntamente morenista.
Por eso tanto los aborrecen sus
enemigos y les inventan páginas falsas.