Homero Martínez Cabrera,
insensato e
infame alcalde priista de
Lerdo, Durango
*Se negó a utilizar las pruebas para detectar
COVId-19, donadas por el gobierno de Coahuila, y acordadas con el gobernador,
José Rosas Aispuro
*Desobedeció los acuerdos de Aispuro con el
gobierno de Coahuila
Juan Monrreal
López
Mayo 27 de
2020
Ciudad Lerdo, Durango. – Enfocado en atracar de todas y cada una de las
partidas presupuestales, – peor que el COVID-19-, el alcalde lerdense, Homero
Martínez Cabrera, rechazó la aplicación de 100 pruebas para detectar COVID-19,
donadas por el gobierno de Coahuila, en el marco de la campaña “Comarca
Saludable”, aprobadas para su uso por la primera autoridad sanitaria del estado
de Durango, José Rosas Aispuro Torres, coordinador del Comité Estatal de
Contingencias COVID-19 (CECCOVID19), formado el pasado 6 de abril.
De Homero Martínez Cabrera, en realidad no puede
esperarse mucho, social y administrativamente; su historia lo ubica como un
porro acarrea “chescos”, que obedece a los intereses y mandatos de los hermanos
Medina Elizondo; Manuel, Elíseo, Cecilio, quienes mantienen un cacicazgo en la
Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Coahuila
(UAdeC), Unidad Torreón, núcleo que han usado para controlar la coordinación de
la unidad de estudios en la región Laguna de esta universidad, en la que
ahora han colocado a Sandra López Chavarría.
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Homero ¿Porro? |
Por eso, incapaz de tomar decisiones por sí solo,
ha tenido que actuar con las instrucciones que el director de Salud municipal,
Cecilio Medina Elizondo, le dicta; una de estas indicaciones fue que, se cavara
una fosa común para depositar a los cientos de cuerpos de los fallecidos que
habría como consecuencia de la pandemia del COVID-19, en lugar de realizar
actividades de prevención contra el coronavirus en todos los estratos sociales
del municipio.
Así que las acciones para mitigar la contingencia
sanitaria en Ciudad Lerdo, Durango, no operan del todo; tan sólo funcionan
aquellas que puedan retribuir algún beneficio para el alcalde Martínez Cabrera,
– remisiones a los separos policiacos por caminar en la calle, no traer
cubrebocas-, y por supuesto, “sus cuates” quienes se han convertido en
proveedores durante esta pandemia.
Por eso, no fue extraño que el 26 de mayo, cerca de
las 8 y media de la noche, 3 camionetas de la Dirección de Seguridad Pública
Municipal con al menos 4 elementos cada una, se desplazaran alrededor del
Parque Victoria portando armas largas y toletes, amenazando a los transeúntes y
algunos deportistas que allí se encontraban.
La operación no era disuasiva, era coercitiva,
peligrosa, ya que los agentes policiacos retadores con los presentes
balbuceaban hoscamente que, “retírense o los remitimos a los separos para que
los multen”, mientras jugaban con los toletes y armas de alto poder.
En el país no hay toque de queda, de tal manera que
los ciudadanos hacían uso del derecho consagrado en la Constitución General de
la República en su Artículo 11.
Las medidas sanitarias tomadas por causa de la
pandemia de coronavirus, no han resultado en dictar toque de queda, disposición
que sólo puede tomar el gobierno federal en acuerdo con la Cámara de diputados.
Pero las multas no registradas por los “levantones técnicos” que cometen las
fuerzas policiacas lerdenses, son bocadillo apetitoso.
Así que mientras Homero Martínez Cabrera, se negaba
a realizar las 100 pruebas aleatorias para detectar COVID-19, acordadas por el
gobernador José Rosas Aispuro con el gobierno de Coahuila, los policías
atropellaban el derecho ciudadano de transitar libremente, porque el derecho constitucional
no se encuentra suspendido.
Con el rechazo de las pruebas detectoras de
COVID-19, Homero Martínez Cabrera, desconoce la autoridad del gobernador, José
Rosas Aispuro y del Comité Estatal de Contingencias COVID-19.
Las pruebas de detección del virus del SARS-COV-2
son aceptadas como una medida importante en la estrategia de acciones para la
mitigación del COVID-19.
En este marco, el gobernador de Durango, aceptó del
mandatario de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís, la donación de 200 pruebas
para la localización del SARS-COV-2 en los municipios de Gómez Palacio y Ciudad
Lerdo, considerando que son los dos ayuntamientos con más población en La
Laguna de Durango.
Las pruebas, deberían aplicarse de manera aleatoria.
La intención era sondear estas dos comunidades con
el propósito de formarse un mapa de movilidad del virus.
Sólo que, Homero Martínez Cabrera, decidió que los
ensayos de ubicación del COVID-19, no las aplicaría porque, “el laboratorio
empleado en Coahuila, no tiene convenios con Durango, para el análisis de las
muestras”,- con todo y el acuerdo entre gobiernos estatales-, argumentó
puerilmente en un verdadero acto de insensatez cuando el gobernador de Durango,
José Rosas Aispuro, aceptó el buen gesto del gobierno coahuilense para emplear
el muestreo.
Peor:
Esta decisión la tomó Homero Martínez, el día que
la pandemia arrojó más muertes y contagios a nivel nacional y en el propio
estado de Durango. Con este ceño, Homero Martínez, desobedeció las
instrucciones de Aispuro Torres, máxima autoridad del CECCOVID-19.
Luego, en entrevistas banqueteras trato de explicar
de manera bobalicona y cantinflesca que, no tenía caso usar las pruebas sólo
para conocer internamente acerca de los casos que aparecieren, pero no
contarían oficialmente porque la Secretaría de Salud (SS-Durango), tendría que
realizar nuevamente los análisis para que se registraran administrativamente.
Después redujo el papel de la SS-Durango, a papel
de árbitro y no de autoridad sanitaria. Expuso con un dejo de menosprecio que, “ellos son
los árbitros, son los que llevan de la mano y la rienda para poder subir o no
la estadística”.
Ni siquiera el secretario de Salud de Durango,
Sergio González Romero, defendió el acuerdo de usar las pruebas entre Aispuro y
gobierno de Coahuila
Reconociendo que con el uso de las pruebas para
detectar COVID-19, se tendrá una detección más certera acerca del
comportamiento del coronavirus en la región, el secretario de Salud, Sergio
González Romero, se enredó al tratar de justificar la negativa del alcalde de
Ciudad Lerdo, de aplicar aleatoriamente los reactivos.
González Romero, expuso que Homero Martínez
Cabrera, tiene cierta razón, pero aceptó que los sondeos arrojarán cierta
certidumbre de como se mueve el SARS-COV-2 en la región.
Tan necesaria es la ubicación del virus que se
aplicarán 500 pruebas en La Laguna de Durango, pues se espera que la pandemia
pegue seco en la segunda quincena de junio.
Homero Martínez Cabrera, insensato e
infame
La insensatez del alcalde de Ciudad Lerdo, Homero
Martínez Cabrera, está a la vista. Ha dejado los actos de prevención contra la
pandemia de COVID-19, enfocada en usar los cuerpos policiacos como porros que
violentan los Derechos Humanos, al “levantar técnicamente” a los ciudadanos
para aplicarles multas económicas.
Es infame, porque usando la pandemia, se ha
dedicado a auto contratarse con uso de prestanombres para conseguir las
despensas que utiliza para el de “apoyos”, como también los pocos cubre bocas
repartidos.
Nadie sabe que uso le da al dinero público en el combate
a la pandemia; ni siquiera el Cabildo, al que controla mayoritariamente
entregándoles dádivas.
Actualmente, Ciudad Lerdo, Durango, tiene 10 casos
de COVID-19 con dos fallecimientos.
A ver que decide el porro Homero Martínez, cuando
se apliquen las próximas pruebas para detectar COVID-19. Por último; sí ve a la
policía lerdense, mejor ponga pies en polvorosa, no lo vayan “a remitir a los
separos” y todavía aplicarle una multa.
Política de un porro, pues.
Twitter; @jmonrreall