Castigo merecido
Miguel
Ayax González Hubbard
Periódico 4º. Poder
Se los piden las autoridades de los tres niveles de
gobierno; lo piden en espectaculares, con publicaciones, en las carreteras; en
los medios de comunicación y la petición esa también la hacen la seguridad de
todos y hasta el sentido común cuando lo hay.
¡Quédate en casa! y ¡Si tomas no manejes! son las
consignas-petición-exigencia que se formula para evitar muertos.
Quien sale de su casa sin necesidad, arriesga su
vida; quien sale y se emborracha arriesga la propia, las de quienes lo
acompañan y la de desconocidos.
Por eso ahora, en estos tiempos difíciles qué bueno
que las autoridades -cuando menos aquí en Gómez Palacio, Durango- hayan
decidido reinstalar el alcoholímetro, operativo para detectar y sancionar a los
conductores que manejan en estado de ebriedad.
Los infractores no entienden, aprovechan el poco
tráfico para correr con exceso de velocidad.
Cometen falta al salir de sus casas para ir a la
cantina, a visitar a los amigos o compadres, a fiestas tumultuarias.
Por eso da gusto que se actúe con energía, que se
les multe económicamente y hasta que se les encarcele porque, repito, son un
peligro para todos.