Periódico 4º. Poder
La producción de automóviles en México cayó -dicen-
un 98 %.
No hay turismo; los hoteles están vacíos, la gente
sin trabajar y la crisis es sin precedente.
Todos nos quejamos, ignoramos cómo vayan a volver
nuestras vidas a la normalidad.
A muchos les preocupan las líneas aéreas que
pierden millones de pesos cada día que pasa y que las naves permanecen en
tierra.
Otros se preocupan porque en casa se acaban los
insumos; faltan alimentos, desinfectantes necesarios y desde luego el dinero.
Preocupa que Disneylandia siga cobrando más de cien
dólares la entrada a niños y adultos pero también que el kilogramo de tortillas
esté a casi veinte pesos en algunos negocios.
En esta contingencia el comercio, la industria, las
actividades no esenciales están suspendidas pero las grandes tiendas
departamentales lo mismo que las chicas que crecen como hongos por las
esquinas, en vez de solidarizarse con sus clientes, aumentan desconsideradamente
los precios, aprovechándose de la desgracia y la necesidad ajena.
¿Bajarán los precios de los automóviles una vez que
pase la contingencia?
¿Bajarán las tarifas en los hoteles?
Los dudo. Somos a veces tan mezquinos que en lugar
de tener consideraciones, muchos tratarán de resarcir rápidamente y como sea
sus pérdidas.