Barrido de calles
Periódico 4º. Poder
Desde antes de las administraciones de los alcaldes
gomezpalatinos Ramón González Martínez (1962-1965) hasta los de don José
Rebollo Acosta 1965-1968) se tuvo la costumbre que a los “ninis” de entonces,
más conocidos como “rebeldes”, cuando cometían alguna falta administrativa los
hacían barrer las calles.
Tiempos también en que los hombres que tenían o
aparentaban 18 años eran reclutados a fuerza para que hicieran su servicio
militar por lo que todos tenían que cuidarse de las redadas que hacía el
ejército.
La costumbre se dejó de lado cuando comenzaron a
ser resaltados los derechos humanos porque la práctica oficial se consideró
denigrante, violatoria y bochornosa, tanto para los castigados como para
quienes la aplicaban.
Para no castigar así a estudiantes y vecinos se
decía que la medida era retrógrada y que si se permitía no faltaría quien
quisiera volver a los castigos físicos diciendo que el Parque Morelos o la
Plaza Principal servirían para “cuerear” a los mal portados.
Ahora en Gómez Palacio y Lerdo las autoridades
municipales vuelven a sacar a muchachos al escarnio público simple y
sencillamente porque estaban en la calle.
Las autoridades municipales de ahora no consideran
indebido el castigo y dan como excusa que los mismos infractores pidieron
barrer la vía pública en lugar de pagar una sanción económica.
Claro que los detenidos son de colonias pobres y
que van a hacer todo lo posible por no gastar ni hacer gastar a los padres que
como se sabe, no han de estar en muy buena posición financiera, menos cuando
tanta gente está sin trabajo.
Así pues la contingencia sanitaria nos envió 50
años atrás y peor todavía porque si en otras partes las autoridades e infinidad
de particulares se solidarizan con los más necesitados, aquí los multan o los
exhiben denigrándolos.
Si seguimos como vamos no sería nada raro que en un
futuro otro tipo de faltas o delitos puedan “catafixiarse” por barrer calles,
cuidar carros en la Presidencia Municipal a hacer “talacha” en casas de
funcionarios ¿o no?.