Pervivir II
Periódico 4º. Poder
Una palabra, en un caso dado, alienta, levanta, da
esperanza, consuelo y reivindicación pero al mismo tiempo deprime, desmoraliza,
sobaja e incluso destruye.
Esto lo digo porque en días de empoderamiento
femenil, de manifestaciones y protestas, de inmovilidad femenina, propuesta
incluso en las actividades sexuales, según propuso una de las expositoras en un
programa televisado en CNN, una palabra resta credibilidad y enseña que
nuestros políticos dicen una cosa en público y otra muy diferente en privado.
Olga Sánchez Cordero, ex ministra de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, académica y en esta administración titular de
la Secretaría de Gobernación, debiera ser ejemplo a seguir por muchas mujeres,
no sólo por el alto cargo que representa, sino porque por el hecho de ser mujer
y tener tan destacada trayectoria política y jurídica sería necesaria,
indispensable como ejemplo del empoderamiento que muchas buscan.
Sin embargo, ahora que habla en público, que
acompaña al presidente de la república (como ocurrió el 8 de marzo en
Zacatecas), no puede uno olvidar su “pervivir” que le dijo ¿ofreció? al
gobernador de Baja California Jaime Bonilla Valdez en sus deseos de ampliar el
período de gobierno.
Así demostró que el decir una cosa y hacer otra no
es defecto únicamente masculino; quizás es un vicio que se adquiere “en la
política” o en la conveniencia de grupo.
De cualquier manera, aquél “pervivir” deja por los
suelos el prestigio y la credibilidad de la mujer quizás mejor empoderada en
nuestro país.