Pandemia
Marcelo Torres Cofiño
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Que el presidente Trump haya suspendido los vuelos
hacia los Estados Unidos desde Europa, exceptuando Inglaterra, es una muestra
de lo que va a suceder a nivel global con la industria del turismo. Las líneas
aéreas, los hoteleros y restauranteros en el mundo, ya reportan miles de
millones en pérdidas. Y todos sabemos lo que los turistas significan para
nuestro país. Estamos hablando de 8.7% del PIB. ¿Cómo vamos a responder ante la
crisis?
Por supuesto que una opción sería la de recibir
nosotros los vuelos (solo algunos, porque, recordemos, no tenemos aeropuertos
suficientes). Pero ¿en verdad estaríamos dispuestos a poner en riesgo a la
población entera solo para ganar unas cuantas monedas más? ¿Hasta qué punto le
conviene a México ignorar las advertencias de la OMS
El problema de nuestra economía es que ya estaba
mal antes de la pandemia.. Pero, esa es una cuestión (que no hay que olvidar,
para que luego no se diga algo tipo: “de no haber sido por el coronavirus”) y
otra muy distinta es no entender que de no implementar filtros para el ingreso
a nuestro país, la enfermedad pondrá en cuarentena a una parte grande de la
población que, como consecuencia, dejará de realizar sus labores productivas.
¿Si recuerdan que no crecimos y que este año el pronóstico es menor a 1 por ciento?
Pongámonos en estos términos: en este momento,
resulta de máxima prioridad disminuir el ritmo del contagio. Pero, no solo hay
que hacerlo por cuestiones de la economía nacional, sino también, por la
delicada situación que ya de por sí atravesaba el sistema de salud en México y
que no puede resolverse de la noche a la mañana.
¿Qué pasa si más del 15% de la población se
contagia de manera simultánea en ese periodo que señalan los expertos del
Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas de la UNAM,
entre el 20 y 30 de marzo? ¿Cómo los vamos a atender? ¿De qué forma se
garantizará que podrán tener acceso a los medicamentos necesarios?
Me preocupa mucho observar que no se está abordando
el problema con la debida seriedad. Me parece grave que se puedan anteponer
intereses políticos a cuestiones tan básicas como la salud de la ciudadanía. En
situaciones de normalidad la economía estaba mal y ahora, con la crisis mundial
que se avecina hay muy poco espacio para el optimismo.
La pandemia, espero, contribuirá a que muchos
cambien sus hábitos de salud. Ojalá y la gente se acostumbre a lavarse las
manos, a cubrirse correctamente cuando tose o estornuda y a desinfectar
correctamente las superficies de contacto frecuente como las perillas de las
puertas. Pero ¿cambiarán sus hábitos quienes están tomando las decisiones más
importantes para el país?