No son modos
Periódico
4º. Poder
Podrá tener mucha culpa de lo que hoy
sufrimos; será o no un adorador consuetudinario
del dios Baco;
se habrá enriquecido (y
ensoberbecido) con el poder, igual que todos sus antecesores y su priista
sucesor; tendrá mucho que esconder y muchos sus detractores qué reclamarle...
pero no, no son modos.
No son modos para hacerle así, con alevosía
y ventaja el reclamo
Y me refiero al altercado que provocó
al que hoy se le conoce como “#Lordcadetemilitar”
y que se llama Emilio Ruggerio quien acompañado de su esposa abordó al
expresidente para acusarlo y desearle “le vaya bien en la cárcel”.
Lo hizo llegando con un saludo
previo; tomándolo del hombro, diciendo quién era, dónde vivía y que iba
acompañado por su esposa.
Felipe Calderón mostró buena actitud,
sonrió y contestó a pesar de que para personas como él y otros, artistas de cine
y cantantes, deben estar hartos con el asedio de particulares.
Y de repente, ¡tómala!, la agresión,
la sentencia, el mal deseo.
Por eso digo que no son modos; que no
se puede agredir tras -lo que me pareció- una encerrona.
Calderón es hoy por hoy uno de los
villanos favoritos y él tiene mucha de la culpa que le fincan; tampoco ha sido
de mi simpatía personal pero lo que sufrió en ese vuelo que lo cogió
desprevenido, es reprobable.
El agresor consiguió sus
cinco minutos de fama... como cualquier tramposo.