Hagamos por México
Fernando
Rangel de León
En nuestro paísconfundimos a los
Presidentes de la República, con México; de tal suerte que si no estamos de
acuerdo con ellos no trabajamos unidos por el bien de la nación, para no
“engordarle el caldo”; a él, lo cual es un craso error, porque no perjudicamos
al Primer Mandatario, sino al país.
Casi todos los servidores federales
no hacen ni quieren hacer bien sus funciones, por la inercia y vicios que traen de pasados gobiernos, por
el “paternalismo sindical”, y para hacer quedar mal al actual gobierno, como
por ejemplo en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores del Estado ISSSTE, en Torreón,contra el que hay quejas por las
llegadas tarde al trabajo, duplicidad de empleo de médicos en el Instituto
Mexicano del Seguro Social IMSS, a las mismas horas y en los mismo días, como si tuvieran el don de
la ubicuidad (estar en dos lugares distintos al mismo tiempo); “aviadores”,
etcétera.
Y
eso mismo sucede en las demás dependencias del gobierno de México, llámense
secretarías de estado, el IMSS, organismos autónomos como el Instituto Nacional
Electoral INE, etcétera.
Es
imposible que los nuevos servidores públicos que entraron con el actual
gobierno federal, cumplan con su objetivo de transformar lo malo por lo bueno,
si están supeditados y rodeados de gente “maleada” por los anteriores regímenes
políticos, que les impiden cumplir con su deber.
Para
que la Cuarta Transformación sea posible, es necesario cambiar las cabezas en
todos los centros de trabajo de la administración pública federal, para que no
solamente dejen trabajar como se debe, sino que además apoyen en todo y con
todo alnuevo personal laboral, que realmente quiere hacer bien las cosas; pues
muchos de los delegados, directores y jefes, lo que quieren es “quemar” al
actual régimen federal.
Pero no nadamás en la administración
pública, se quiere trastocar la vida del país, sino también de la sociedad,
haciendo apología del feminicidio, desestabilizando a la UNAM, convocando aparos nacionales que en tiempos pasados
podrían configurar el delito de disolución social, que afortunadamente ya fue
derogado, y haciendo declaraciones tendentes a subvertir el orden.
Fijémonos en lo que pasa en Estados
Unidos, que aunque no se esté de acuerdo con el Presidente Donald Trump, los
norteamericanos trabajan denodadamente sin encono alguno entre ellos mismos
para el bien de todos, haciendo que la economía crezca y sea cada día más
fuerte; lo que se ve reflejado en el progreso y desarrollo del país y el
bienestar de su población.
Ojalá que los mexicanos tomemos ese
ejemplo y hagamos por México.