El
Avión
Periódico 4º. Poder
(Facebook)
Pocas veces como ahora un tema nacional causa
tantas controversias, ataques, memes y pláticas como la rifa que propone el
presidente López Obrador para deshacerse del avión “José María Morelos y Pavón.
La idea que muchos consideramos descabellada e
inalcansable por el hecho de tener que vender millones de cachitos de lotería,
también ha sacada el humor del que presumimos los mexicanos pues caricaturas,
montajes y trascendidos divierten y entretienen.
Es admirable “la chispa”; es decir, el ingenio de
la mayoría de quienes de una forma u otra opinan al respecto y el tema ha
ocupado en las redes sociales un espacio que otros asuntos no han podido ser
-como ahora se dice- virales.
Uno que me causó risa a más no poder -con todo
respeto- es en donde el presidente, en un discurso de los que acostumbra, le
sustituyen la voz y parece estar en una feria de pueblo vendiendo los conocidos
cobertores San Marcos.
Llévelo, llévelo, dice y ofrece bajar el precio.
Que esto se anteponga a cuestiones de mayor
trascendencia e importancia y que una a miles o millones de mexicanos, debiera
ser para un estudio de cualquier sociólogo interesado en ver y conocer el
comportamiento general.
Lo que a mi parecer es reprobable, es que nunca
faltan los “contreras”, los que todo ven mal, los que insultan y denigran y que
con tal de ver caídos o derrotados a quienes no piensan como ellos, son capaces
de engañar, exagerar e incluso de mentir.
En esto del avión hacen escarnio de López Obrador
por su propuesta pero no consideran que ahora esas cuestiones se ventilen
públicamente.
¿Qué hubieran dicho estos detractores si en tiempos
de Calderón, el jefe y amigo de Genaro García Luna hubiera puesto a consideración
del pueblo la fastuosa e innecesaria compra?
Sin duda permanecerían callados
Los aplaudidores y beneficiarios de la corrupción
siguen elogiando la política y administración que se hacía a espaldas de la
gente pues ellos no tienen visión para explorar y transitar por otros caminos.
Con lo que escribo algunos fruncirán el entrecejo;
otros dirán que estoy completamente equivocado y quizás hasta reciba insultos,
pero quien descalifica, denigra y agrede, simplemente o carece de argumentos o
no sabe otra manera de expresarse.