El que con leche se quema…medidas
absurdas
Miguel Ayax González Hubbard
Periódico 4º. Poder
(Facebook)
La tragedia ocurrida en Torreón, en el Colegio
Cervantes, ha movilizado a todo mundo; desde los gobiernos estatales de
Coahuila y Durango, las policías habidas y por haber, la Unidad de Inteligencia
Financiera (UIF) del gobierno federal; a maestros, padres de familia y a todos
los que vimos un peligro posterior con la tragedia sucedida.
Los gobiernos decretaron de manera precipitada y
errónea la “operación mochila” y las medidas preventivas que proponen algunos
son, además de exageradas, absurdas e irreales.
Se ha dicho que se usen mochilas transparentes que
sí hay pero (¿usted ha visto una en su vida?); la colocación de detectores de
metales en los colegios como si en vez de cruzar esas puertas
niños pequeños, fueran facinerosos de alta peligrosidad
niños pequeños, fueran facinerosos de alta peligrosidad
También que se instalen casilleros o “lockers” como
dicen los gringos, pero transparentes. Los
casilleros son para que los estudiantes guarden sus cosas; que las tengan a la vista de otros haciéndolas de cristal es un absurdo porque todos podrían ver lo que los demás tienen, violando su privacidad y quizás provocando el bullyng o acoso, como acá lo conocemos.
casilleros son para que los estudiantes guarden sus cosas; que las tengan a la vista de otros haciéndolas de cristal es un absurdo porque todos podrían ver lo que los demás tienen, violando su privacidad y quizás provocando el bullyng o acoso, como acá lo conocemos.
Lo mejor, creo, es que a los colegios los niños
llevaran sólo un cuaderno de apuntes; que sus
estudios los realicen en el aula y que, de una vez por todas, se acaben las exigentes tareas que ocupan no sólo el tiempo de los escolapios sino buena parte del de los padres que tienen que pasar horas y horas acompañando a los niños a cumplir con la excesiva carga escolar que todos los días les imponen.
estudios los realicen en el aula y que, de una vez por todas, se acaben las exigentes tareas que ocupan no sólo el tiempo de los escolapios sino buena parte del de los padres que tienen que pasar horas y horas acompañando a los niños a cumplir con la excesiva carga escolar que todos los días les imponen.
Los menores necesitan tiempo para jugar, compartir
con sus amigos y familiares; la costumbre imitada de Estados Unidos de buscar
ocupación para todo el tiempo de los niños, es un error.
Las clases de natación, el deporte, piano y todas
las demás imaginables, deben ser del agrado de quienes las toman y no una
imposición para deshacerse de los pequeños el mayor tiempo posible ¿o no?