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Coahuila tiene con qué y son sus jóvenes emprendedores

Marcelo Torres Cofiño
Lo que hemos logrado construir los coahuilenses no es poca cosa. Venimos de tiempos muy complicados, no solo por la inseguridad y la violencia que imperó hace unos años, sino, también, por los escándalos de corrupción que tanto nos agraviaron y que lastimaron nuestra confianza en las instituciones
Todos conocemos a alguien que fue víctima directa de la delincuencia, si no es que nosotros mismos lo fuimos. No ha pasado ni una década de aquellos tiempos cuando nuestra entidad era reconocida a nivel mundial por sus niveles de violencia.
Pero también fuimos tristemente famosos por los escándalos de corrupción como la megadeuda y las empresas fantasma. Me queda claro cuánto nos ha costado sobreponernos de esos agravios que pusieron a las finanzas estatales en jaque.
Estamos lejos del ideal, pero es claro que hemos avanzado. Hoy los ciudadanos circulan con mayor seguridad por el estado y sus municipios, fluyen las inversiones y se recuperan paulatinamente los espacios de los que se apoderó el crimen organizado.
No hemos logrado el propósito de entregar a la justicia a quienes hundieron económicamente a la entidad, pero no quitamos el dedo del renglón y hacemos lo que está en nuestras manos para impedir que nos vuelva a pasar.
No hay, por eso, que echar las campanas al vuelo, pero necesitamos reconocer aquello que se ha hecho bien, para facilitar la identificación de lo que falta por resolverse. Todo, con el único propósito de generar mejores condiciones para el florecimiento y consolidación de las micro, pequeñas y medianas empresas.
Me alegra mucho cada vez que se anuncia la llegada de nuevas inversiones al estado de capitales extranjeros. Pero mi entusiasmo es mayor cuando conozco sobre emprendimientos de coahuilenses en la entidad que se fortalecen y triunfan aquí, en México y más allá de las fronteras.
En las últimas semanas he podido ser testigo directo del espíritu emprendedor de los jóvenes coahuilenses que desde sus universidades plantean proyectos viables, bien desarrollados que demuestran el enorme talento de quienes aquí se forman.
Me queda muy claro que ese es el camino que es necesario seguir para incrementar la prosperidad en el estado y no el de fomentar la pereza y la desidia a través de dádivas que solo persiguen su control electoral.
Los jóvenes coahuilenses me han hecho saber que lo que más necesitan es la credibilidad y la confianza de quienes pueden impulsar sus ideas de negocios para hacerlas realidad. Ellos, ya dieron vuelta a la página y están bastante más ocupados en resolver su futuro que en curar las heridas del pasado. Justo así se prospera.
Por eso, estoy lleno de optimismo, porque a pesar de todo lo que nos rodea, en Coahuila tenemos con qué salir adelante, gracias a los muchos jóvenes emprendedores que con su visión fresca y renovada de la realidad, estoy seguro, lograrán transformar para bien nuestro estado, haciéndolo cada vez más próspero y socialmente responsable.

Sin Bozal

.-INFORMACION PERIODISTICA LA PALABRA; es la mayor virtud y riqueza de un hombre, el que no la tienen ni cumple, esta hueco

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