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Las Pymes y la salud pública
Marcelo Torres Cofiño

L
as  Pymes son el verdadero motor de México. Con su aporte de 56% del PIB y 72% de los empleos formales, no hay nada de lo que dependa más el presente y el futuro del país. Por eso preocupa tanto su vulnerabilidad. Si queremos tasas de crecimiento como las que alegremente y sin fundamento alguno ofrece el Presidente, necesitamos fortalecer a las micro, pequeñas y medianas empresas, lo que exige una política pública integral que atienda todos los aspectos que afectan la vida y el desempeño de esas unidades económicas.
Un ejemplo son los servicios de salud. Nadie niega que los gobiernos anteriores descuidaron los servicios clínicos y hospitalarios del sector público dejándolos en un importante estado de deterioro.
 Pero lo que está pasando en la actualidad es de escándalo mayúsculo, porque por caprichos del mandatario se está poniendo en peligro la vida de muchos pacientes. La escasez de medicamentos contra enfermedades como el cáncer, solo por “ahorrar”, no tiene nombre. Recuperar el sistema de salud pública es urgente por las implicaciones humanas, pero también por las económicas que tiene.
A diferencia de los grandes consorcios empresariales que pueden pagar seguros de gastos médicos mayores para sus empleados, las Pymes, incluyendo a sus propietarios, atienden sus necesidades de salud en el IMSS.
 Los datos son contundentes: sólo 5% de las Pymes tiene contratado algún tipo de seguro, la mayoría de ese porcentaje lo compra para cubrir riesgos en sus locales o flotillas automotrices, y muy rara vez protegen a su personal.
Sólo 17% de los empleados de una empresa pequeña o mediana tiene cubiertos por la vía de una aseguradora sus gastos médicos en caso de una enfermedad grave.
Tenemos que entender, además, que no es una cuestión de desidia, signo de falta de capacidad económica ante el apremio financiero en el que suelen vivir las Pymes, por eso quedan imposibilitadas de acceder a ese tipo de seguros incluso cuando se trata de proteger lo más valioso de toda empresa, que es su capital humano.
El Estado, que cobra las aportaciones que patrones y trabajadores realizan al IMSS, debería garantizar un servicio de calidad para sus afiliados, pero al no hacerlo entonces tendría que propiciar mejores condiciones para que las Pymes pudieran contratar seguros de gastos médicos para su personal.
Es importante comprender que las enfermedades o los accidentes que incapacitan de manera parcial o permanente a las personas en las empresas tienen repercusiones de distinta índole, algunas de las cuales ponen en verdadero riesgo la subsistencia del negocio.
Las Pymes, debido a su nivel de desarrollo, casi nunca pueden reemplazar con éxito a ciertas personas clave, incluidos sus propietarios, sobre las que pesa la operación central. Una enfermedad grave o un accidente dejan desprovista a la empresa del conocimiento y las destrezas que le son esenciales para su buen funcionamiento, a punto tal que muchas se ven orilladas a cerrar.
Si estamos realmente preocupados por fortalecer a las Pymes no tenemos más opción que buscar alternativas para garantizar que sus empleados y propietarios recibirán una atención adecuada a sus potenciales problemas de salud. Es por el bien de todos.

Sin Bozal

.-INFORMACION PERIODISTICA LA PALABRA; es la mayor virtud y riqueza de un hombre, el que no la tienen ni cumple, esta hueco

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