Periódico 4º.
Poder (Facebook)
La ignorancia, el racismo, la xenofobia son las
principales causas de los tiroteos donde mueren cientos de víctimas en Estados
Unidos como ocurrió recientemente en El Paso, Texas y en Dayton, Ohio.
Pero esos motivos no son sólo entre gente inculta,
de poblados alejados que están confinados a comunidades marginadas, sino que
ese odio se alimenta y fortifica entre ciudadanos que se creen agredidos, invadidos,
vulnerables en su seguridad.
Y a ello contribuyen no nada más los supremacistas,
sino políticos (principalmente republicanos) y el propio presidente Donald
Trump.
El pánico de los presentes en las agresiones, el
lógico espanto, la impotencia ante las masacres, nos hacen ver que esos eventos
son, real y auténticamente actos de terrorismo.
Lo peor del asunto es que en esta ocasión, muchos
mexicanos y estadounidenses están acusando de ese terrorismo al presidente de
los Estados Unidos.
Uno de los activistas contra la discriminación
contra los latinoamericanos ha dicho el El Paso, Texas que no se explica por
qué el gobierno mexicano no ha presentado una más enérgica protesta por el
ataque a los mexicanos cuando bien se sabe -dijo- quien es el jefe de los supremacistas
y que tiene domicilio conocido en la Casa Blanca de Washington.