Los
trabajadores de la SCJN como arietes
Fernando Rangel de León
Nunca en la historia del Poder Judicial de la Federación, sus empleados “de a pie”, habían bloqueado las calles para manifestarse en contra de una autoridad, como lo hicieron el pasado 17 de octubre en algunas ciudades del país como Torreón; pues siempre habían tenido miedo a sus jefes Jueces de Distrito, Magistrados Unitarios y Colegiados de Circuito y Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación SCJN, de expresarse públicamente en montón y no osaban siquiera proferir una palabra o expresar un gesto de rebeldía, pues temían perder su trabajo.
Por eso causa mucha extrañeza que
ahora sí, perdiendo su vergüenza y olvidándose del qué dirán hayan salido de
sus torres de marfil para hacer lo que a sus jefes les hace el pueblo
reclamarles la falta de dictar sentencias prontas y expeditas, por no amparar
al pobre pueblo que traen a vuelta y vuelta mendigando justicia, por proteger
solo a los pudientes, por ganar los jueces, magistrados y ministros
estratosféricos sueldos, prebendas, emolumentos y sinecuras; pero nunca el
pueblo protestará jamás contra los trabajadores de base, sindicalizados o de
confianza que no ganan ni el 5% de todo lo que perciben sus mencionados jefes
inmediatos, pues esos empleados también son pueblo, y además son los que le
hacen todo el trabajo a sus superiores.
El pretexto es la desaparición de 13
de los 14 fideicomisos que desde fines del siglo pasado el Poder Judicial de la
Federación, había logrado de anteriores Presidentes de la República, para que
los ministros de la SCJN, los manejaran a su antojo, despachándose con la
cuchara grande; acordada en la Cámara de Diputados, faltando la aprobación del
Senado de la República, para que entre en vigor y en consecuencia devolver los
quince mil millones de pesos, como parte de los fondos de esos fideicomisos, a
la Tesorería de la Federación; con lo que el Poder Ejecutivo Federal, puede
hacer obras y servicios públicos.
A los únicos que la extinción de esos
fideicomisos les puede afectar es a los jueces, magistrados y ministros, porque
ya no se les comprarán casas, ni se les pagarán choferes para ellos y sus
esposas, ni seguros médicos de gastos mayores, ni se les proporcionarán automóviles
último modelo, ni se les cubrirán los gastos de su personal doméstico, ni el
pago de celulares; y sobre todo que ya no se les otorgarán pensiones
multimillonarias vitalicias cuando se retiren; siendo los más perjudicados con
todo esto los 11 ministros en funciones y los 22 ministros en retiro.
Por eso azuzaron a los trabajadores
“de a pie”, para que protestaran públicamente contra la extinción de los 13
fideicomisos; utilizándolos de ariet