Lecciones de Salvador Allende
En 1970, el pueblo de Chile vivía la necesidad de una transformación, que halló su mejor cauce en las elecciones presidenciales, juntando a todos los progresistas en un bloque denominado Unidad Popular, que postuló para Presidente de la República de Chile, al doctor Salvador Allende.
Salvador Allende, era un médico humanista con sentido social, que había militado siempre en los partidos de la izquierda que como Senador de la República, promovió reformas sociales y económicas, en beneficio de las grandes mayorías.
Los conservadores hicieron todo lo posible para que la Unidad Popular, no ganaran las elecciones, derrochando millones de pesos chilenos, asesinando a un alto mando militar, realizando actos de terrorismo, manipulando con los medios de comunicación al pueblo chileno, a base de mentiras, difamaciones y calumnias.
Pero todo eso no les alcanzó para que Salvador Allende, quien ya había perdido las elecciones presidenciales de 1952, 1958 y 1964; ganara al ex presidente Jorge Alessandri y a Radomiro Tomic; asumiendo la Presidencia de la República en 1970, desde donde empezó las reformas sociales y económicas prometidas en campaña; nacionalizando el cobre, bajando tasas de interés, montos de los arrendamientos, etcétera.
Por lo que los contrarios a esas reformas inmediatamente por todos los medios empezaron a atacar al Presidente Allende; habiéndole hecho mucho daño al país la huelga de los camioneros que sumieron en el desabasto de víveres a la población, que ellos promovieron; lo que desató mucha inconformidad contra el gobierno.
En 1972, Guadalajara tuvo el privilegio de tener a Salvador Allende, en su Universidad, en donde se encuentra su busto, y en donde pronunció un memorable discurso en que destacó: “ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción hasta biológica”; y “hay jóvenes viejos y hay viejos jóvenes, y yo soy uno de ellos”.
Desde EEUU, se preparó y se orquestó el golpe de Estado en contra de Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973, utilizando al chacal Augusto Pinochet, que convertido en dictador, causó la muerte, la desaparición, el encarcelamiento y el exilio de miles de chilenos.
La lección de Salvador Allende, es que no hay necesidad ni de golpes de Estado ni de manipulación con mentiras, difamaciones y calumnias, para tumbar a un gobierno; pues para eso están las urnas en las que la mayoría va a decidir quién va a detentarlo.
Salvador Allende, fue el primer socialista en el mundo en llegar a una Presidencia de la República, por la vía Constitucional, mediante elecciones libres y secretas; por lo que por eso está presente en la historia como uno de los más grandes demócratas.