¡10 de Junio no se olvida!
Fernando Rangel de León.
Hace 52 años, Luis Echeverría Álvarez,
tenía 6 meses 10 días, de Presidente de la República, cuando estudiantes de la
UNAM, del IPN, y de las escuelas normales, el 10 de junio de 1971, en las calles
aledañas al Casco de Santo Tomás, edificio emblemático del Poli, que desembocan
en la calzada México-Tacuba (Rivera de San Cosme); realizaron una manifestación
en solidaridad con los estudiantes de la Universidad Autónoma de Nuevo León
UANL.
Estudiantes y profesores de la UANL, a
fines de 1970 presentaron un proyecto de ley orgánica proponiendo un gobierno
paritario (igual número de alumnos, maestros y autoridades universitarias); en
marzo de 1971, llegó un nuevo rector, que apoyaba esas propuestas; y al ser
aprobado, el gobierno estatal redujo drásticamente el presupuesto; lo que
inconformó a los universitarios; pero al mismo tiempo el gobierno hizo que se
echara abajo esa ley y aprobara otra con la que prácticamente se suprimía la
autonomía de la UANL.
Por lo que tuvieron que pedir solidaridad
y apoyo de los estudiantes de la ciudad de México, para que se derogara esa
nueva ley atentatoria de la autonomía universitaria; quienes inmediatamente se
los brindaron; por lo que al ver esto LEA forzó la renuncia del Gobernador de
Nuevo León, Eduardo A. Elizondo Lozano, el 30 de mayo, y el 5 de junio entró en
vigor una nueva ley orgánica que restablecía la autonomía.
No obstante los estudiantes capitalinos se
manifestaron en contra de la limitación a las libertades; lo que no toleró LEA,
de quien se dice que comentó que con eso los estudiantes lo estaban tanteando
para ver cómo se comportaba ante sus protestas contra el gobierno;
reprimiéndolos brutalmente con saldo de alrededor de 120 estudiantes masacrados
durante la manifestación y en el Hospital Rubén Leñero, a donde los habían
llevado heridos; y por lo que se le responsabilizó penalmente por el delito de
genocidio, y estuvo preso domiciliariamente por su avanzada edad (“yerba mala
nunca muere”); muriendo hace poco.
El regente o jefe del Departamento del
Distrito Federal, era Alfonso Martínez Domínguez, a quien se le “cargó el
muerto” de que los Halcones, que habían agredido con varas de bambú y palos de
kendo, como grupo paramilitar, a los estudiantes, eran sus empleados en
Limpieza; por lo que se le conoce como “don alconso”; a quien LEA, hizo
renunciar, y se le tuvo en la congeladora cerca de 10 años como buen priista
arrastrado, hasta que lo hicieron gobernador de Nuevo León, que por cierto no
hizo mal papel (la Macro Plaza, entre otras obras).
Por haber caído el jueves de Corpus de
1971, en 10 de junio, a esa masacre se le conoce como Jueves de Corpus; y fue
como la del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco en
1968, la brutal respuesta del gobierno autoritario a las manifestaciones
pacíficas de los estudiantes dentro de la Constitución; cuya condena nacional e
internacional sirvió para la democratización del México de nuestros días