¿Es feo llegar a
viejo?
Miguel Ayax
González Hubbard Periódico 4º. Poder
“Es feo llegar a viejo… pero es más
feo no llegar”, dice la conseja popular y muchos, la mayoría, aguantamos el
paso de los años porque además de saber que el suicidio es pecado (según se nos
enseñó siempre) es contranatural atentar contra sí mismo.
Al hacer recuento de la vida
transcurrida no puede uno dejar de pensar de los amigos que adelantaron el
camino, buenos amigos, compañeros de fiestas y viajes, de alegrías y
tribulaciones, compañeros, repito, que de una manera u otra, incluso los que no
nos eran simpáticos, ayudaban a dar solidez a nuestras vidas.
Para mi, en lo personal no soy solo,
tengo hermanos y hermanas, hijas queridas que me han obsequiado con nietos
encantadores y cariñosos y una compañera de vida, amada y a la que lo menos que
le puedo decir es: gracias.
Por sus atenciones, comprensión,
solidaridad y cariño y aunque algunas veces nos incomode con aquello de “déjame
quitar el edredón porque voy a lavarlo”, triste nuestra vida si no tuviéramos
ese motor, esa energía que solícita nos impulsa.
Agradezco no sea como otras mujeres
que creen que “el marido como la basura, tempranito pa’la calle”.
A veces podemos creer que estamos
solos; los hijos crecen, forman sus familias, tienen sus responsabilidades,
trabajos y profesiones y en días significativos como los pasados días patrios
15 y 16 y no nos podemos juntar, se siente el vacío en la casa pero, para
evitar ese hueco emocional, están las tradiciones como las fiestas de Navidad,
Año Nuevo, cumpleaños, etcétera, etcétera.
Y ni qué decir de las carnitas asadas
con la familia y los amigos… los que van quedando porque a muchos -como dice mi
esposa- “nos crecen las familias” y si antes el grupo era de quince o veinte
amigos, hombres y mujeres, ahora la distancia en tiempo (que no en afecto) nos
aleja.
De cualquier forma hay que seguir adelante todos, unos con mayor facilidad
que otros pero eso sí, mientras sigamos respirando, hay que agradecer a Dios
Nuestro Señor y a nuestros padres que nos protegieron, formaron y nos dieron
elementos y fuerza para caminar nuestras vidas por este mundo maravilloso.