El botín incluye
una gaceta
Miguel Ayax
González Hubbard
Periódico 4º. Poder
“Y lo que se robaban…” dijo ayer en la mañanera el presidente López
Obrador refiriéndose a los funcionarios neoliberales y para justificar la
“pobreza franciscana” a la que desde hoy aplica a los funcionarios de su
gobierno;
también que los gobiernos anteriores era corruptos, que todo el
presupuesto se gastaba en sueldos y en un oneroso aparato administrativo;
que debe acabarse con el sistema de corrupción y que hay que estar
pendientes, que haya, para evitar robos y despilfarros, valores morales,
espirituales y desde luego dejar a un lado la hipocresía;
“la corrupción no es una pandemia, es una peste” aseguró y luego habló
de las próximas elecciones que hará Morena y dijo… y habló… y siguió hablando.
Y a mi me parece que poco a poco el presidente que todos los días insta
a escuchar al pueblo poco a poco se encierra en su zona de confort, en una
burbuja en la que sólo se escucha a si mismo.
Por eso no oye los reclamos y las inconformidades contra Mario Delgado,
las huevizas que le han dado en distintas partes del país donde sus
designaciones causan disgusto e inconformidades.
Ni siquiera ve la derrota electoral en Durango donde su partido impuso a
una mujer corrupta que fue rotunda y contundentemente rechazada por los
electores.
Menos sabrá del grado de corrupción que ésta, la exalcaldesa y derrotada
contendiente dejó en la administración municipal de Gómez Palacio donde Diana
González, reportera de “El Siglo”, descubre un nuevo fraude con la publicación
-mejor dicho elaboración- de una gaceta que sólo se entregó a jefes de
departamentos y unas cuantas personas y por la que se pagó casi medio millón de
pesos.
Su elaboración se encargó a los editores de una revista quincenal que no
tiene ni la calidad -ni los precios, por lo que se ve- de alguna de las muchas
imprentas que hay en la ciudad con lo que se descubre que esa “gaceta” no
llevaba el interés de difundir nada, sino de hacer ganancia para los funcionarios
excolaboradores de Jorge Herrera Caldera que tomaron por asalto las arcas
municipales.
La corrupción de estos individuos contaminó a otros que sí son de La
Laguna, quienes apostaron todo a que Marina Vitela llegara a la gubernatura,
incluso comprometiendo su decencia y honorabilidad.
Tal es el caso de la directora de Comunicación Social Teresa González
Carranza, quien pasó de “Teresita” como era conocida a “Pereza González”,
porque se ganó la animadversión de los reporteros con quienes trata, por su
beligerante y despectiva actitud.
Ahora es señalada como cómplice de los saqueadores del presupuesto
gomezpalatino y nada raro será que sigan apareciendo más facturas pagadas por
publicaciones, productos y servicios que nunca se hicieron pero que sí arrojaron
ganancias para estos filibusteros del servicio público.
Ojalá y sus ganancias económicas -o su cinismo- le permitan tranquilidad
de conciencia por prestarse para actuar de comparsa en contra de sus
conciudadanos.
López Obrador dice que su mejor tribunal es la conciencia propia… ¿aquí
habrá tribunal?