Otra “empoderada”
Miguel Ayax González Hubbard
Periódico 4º. Poder
Paloma Sánchez Ramos es una joven política, priista como otras, sinaloense y de acuerdo a su currículum, con estudios de maestría.
Tiene en su
responsabilidad varias comisiones, es por decir lo manos, activa, muy activa o
muy considerada para intervenir en leyes y gestiones que nos afectan a todos
porque de esas funciones emanan leyes y reglamentos.
Y todos creemos que
quienes conducen los altos destinos de la nación, el rumbo político y la
concordia social, son personas capaces, serias, dignas y provistas de los
mejores atributos y capacidades.
Que no les nuble el
entendimiento la ira; que no se ofusquen por cuestiones partidistas, que
mantengan ecuanimidad en sus decisiones.
¡Pues resulta que no!,
que la mujer ésta, grosera, burda, con educación inferior a cualquier
pelandusca hace públicas sus majaderías porque otro diputado dice que votará
por la reforma eléctrica de López Obrador.
Si tiene o no razón de
recriminarle su voto, si es o no traidor a su partido, si lo hace por
conveniencia política o por órdenes de su papá el embajador de quien sabe
dónde, no es motivo para enseñar de tan fea forma “el cobre”.
Ignoro si esta
legisladora sea casada o no, tenga hijos o no, lo que sí creo con certeza es
que, a pesar de su juventud, no tiene padres o al menos nunca le dijeron
aquello de “honrarás a tu padre y madre…”, a menos de que ellos sean del mismo
jaez.
¡Eso nos sacamos los
mortales por tener diputadas o candidatas tránsfugas del metate!
La grosera diputada es igual -pero con fuero- a las que se tapan la cara, visten de negro, gritan majaderías y con la tolerancia de las autoridades agreden a quienes no pagan por cruzar por “su” calle como sucedió hace unos días en la ciudad de México