Sin título

 
Marina, sus pleitos y consecuencias
Miguel Ayax González Hubbard
Periódico 4º. Poder
¿Cuál fue el motivo que dio inicio a esta pelea?

¿Por qué él, presto para defender a su patrona no sólo la deja en el abandono sino que le desea toda suerte de males?
¿Por qué ella que le permitía hablar a su nombre, exponer o defender su posición ahora lo repudia y expulsa de donde puede.
¿Por qué Omar Castañeda deja su curul en el Congreso de la Unión para reintegrarse a la sindicatura de Gómez Palacio donde se supone gana menos y pierde posibilidades de ampliar su campo político?
¿Por qué los partidarios de Marina Vitela hacen mofa del “súper síndico” lo tachan de desleal y quién sabe cuántas cosas más?
¿Cómo es posible que hasta mujeres que se precian de serlo pero con sus palabras y actitudes lo niegan, insultan y denigran públicamente al que califican con sorna de “súper héroe”, “al que pretende venir a resolver problemas que ya no existen” y que además “multiplicará el pan y los peces, enderezará torcidos y levantará paralíticos”.
     La respuesta es simple: El odio generado en la búsqueda del poder.
La ambición al enriquecimiento fácil y rápido.
   La falta no sólo de ética sino de escrúpulos y hasta de vergüenza al lanzar a sus partidarios cual mastines al ataque.
   Y eso se da entre los dirigentes locales de Morena y entre los regidores de Gómez Palacio que debieran acordar con armonía y entendimiento.
    Eso se gana López Obrador con todas sus buenas intenciones de hacer un cambio, de lograr una mejora -profunda y radical, como dice- para bien de México, cuando acepta entre las filas de Morena a la Tellez, a los Germán Martínez, Manueles Espino o las Marinas Vitela.
     Aves de mil tempestades esos militantes de izquierda enardecen a los contrincantes, desnudan su baja estofa y no sólo pierden estilo y mesura, afloran los insultos, la poca educación, “el barrio” bronco, corriente y pendenciero.
    “Representantes del pueblo” capaces, dicen -siendo mujeres- de tener como atributos personales genitales masculinos y proferir insultos que ni en las “piqueras” de antes.
      ¡Así andan los funcionarios públicos en lucha en Gómez Palacio!
Sin Bozal

.-INFORMACION PERIODISTICA LA PALABRA; es la mayor virtud y riqueza de un hombre, el que no la tienen ni cumple, esta hueco

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