Traidores a la
Patria
Periódico 4º. Poder
Callados, con perversidad, de espaldas al pueblo y con la complicidad de
muchos de los medios, entregaron las riquezas nacionales.
Crearon complicidades, amarraron acuerdos lesivos para el país, aceptaron sobornos, compraron legisladores.
Las inversiones, al menos muchas de ellas, se financiaron con dinero de la banca mexicana en términos ventajosos para los inversionistas, la mayoría extranjeros que pagaron “socios” nacionales de parapeto y para dar solidez a los negocios chuecos.
Crearon desde luego, los entes necesarios para tener impunidad, para convertirse en dueños de las actividades productivas del mercado laboral y repartir entre pocos lo que debiera ser de todos.
Los ejemplos sobran de las marrullerías, los despojos económicos, los organismos llamados de la sociedad civil que sirven única y exclusivamente para rechazar lo que se propone -y procura- para beneficio de todos los mexicanos.
Al fin el presidente se animó a llamarlos como lo que son: traidores a la patria.
A ver si con el tiempo quien suceda a López Obrador sigue recuperando no sólo la dignidad del gobierno, también las tierras, las minas, las playas, las empresas, las concesiones dadas por la vía del contubernio y castiga a esos ex gobernantes sin conciencia que vendieron a rajatabla todo lo que pudieron.
Traicionar a la Patria no es forzosamente empuñar un fusil y pelear contra un gobierno legítima y democráticamente elegido.
Los ex presidentes cínicos y ladrones no debían tener permitido circular entre gente decente y trabajadora.
El poderoso que así se siente, así se sabe, cree que eliminando al reportero, matando al periodista, además de quitar un obstáculo a sus intereses y ambiciones, esconderá sus delitos.
Y no es así, lo que sí, es que ahora que la mayoría de los medios en este país están contra el gobierno se dice una y otra vez de atentados y crímenes contra los comunicadores.
Inútil es que se demuestre que hay investigaciones, órdenes de aprehensión, detenidos y sentenciados… la campaña sigue.
Hay que recordar que antes, en la administración pasada y la anterior y en la que la precedió siempre han habido periodistas agredidos y asesinados y pocas, muy pocas veces se investigaba y menos se daba con los responsables.
Sin embargo los crímenes -reprobables y dolorosos- siguen siendo base de la execrable comisión que tienen los dueños de canales televisivos, radiodifusoras y periódicos para atacar a quien les quitó privilegios e influencias.
Crearon complicidades, amarraron acuerdos lesivos para el país, aceptaron sobornos, compraron legisladores.
Las inversiones, al menos muchas de ellas, se financiaron con dinero de la banca mexicana en términos ventajosos para los inversionistas, la mayoría extranjeros que pagaron “socios” nacionales de parapeto y para dar solidez a los negocios chuecos.
Crearon desde luego, los entes necesarios para tener impunidad, para convertirse en dueños de las actividades productivas del mercado laboral y repartir entre pocos lo que debiera ser de todos.
Los ejemplos sobran de las marrullerías, los despojos económicos, los organismos llamados de la sociedad civil que sirven única y exclusivamente para rechazar lo que se propone -y procura- para beneficio de todos los mexicanos.
Al fin el presidente se animó a llamarlos como lo que son: traidores a la patria.
A ver si con el tiempo quien suceda a López Obrador sigue recuperando no sólo la dignidad del gobierno, también las tierras, las minas, las playas, las empresas, las concesiones dadas por la vía del contubernio y castiga a esos ex gobernantes sin conciencia que vendieron a rajatabla todo lo que pudieron.
Traicionar a la Patria no es forzosamente empuñar un fusil y pelear contra un gobierno legítima y democráticamente elegido.
Los ex presidentes cínicos y ladrones no debían tener permitido circular entre gente decente y trabajadora.
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Por otra parte, peligroso es el oficio de periodista… y siempre lo ha
sido.El poderoso que así se siente, así se sabe, cree que eliminando al reportero, matando al periodista, además de quitar un obstáculo a sus intereses y ambiciones, esconderá sus delitos.
Y no es así, lo que sí, es que ahora que la mayoría de los medios en este país están contra el gobierno se dice una y otra vez de atentados y crímenes contra los comunicadores.
Inútil es que se demuestre que hay investigaciones, órdenes de aprehensión, detenidos y sentenciados… la campaña sigue.
Hay que recordar que antes, en la administración pasada y la anterior y en la que la precedió siempre han habido periodistas agredidos y asesinados y pocas, muy pocas veces se investigaba y menos se daba con los responsables.
Sin embargo los crímenes -reprobables y dolorosos- siguen siendo base de la execrable comisión que tienen los dueños de canales televisivos, radiodifusoras y periódicos para atacar a quien les quitó privilegios e influencias.