La casa gris
Periódico 4º- Poder ·
La de Houston era renta, la de Peña
construida para Angélica Rivera “la Gaviota”, porque él, cobardemente trató de
deslindarse diciendo no era su casa. Construida, repito, por un empresario
interesado y que sí estaba recibiendo contratos del gobierno federal.
La Casa Blanca la denunciaron Carmen
Aristegui y sus reporteros por el descubrimiento accidental de la residencia en
la Revista ¡Hola! de España. Y tanto Carmen como sus reporteros fueron
despedidos por ordenes y presión del gobierno federal.
Ningún medio al principio secundó la
denuncia porque no les convenía; ni a los periodistas ni a los reporteros y
mucho menos a sus empleadores que iban a perder ingresos por secundar a la
Aristegui y eso de la solidaridad, sólo se les da por conveniencia económica y
política.
Ahora como están molestos,
indignados, dolidos y francamente enca…nijados porque les cerraron la llave del
dinero y las muestras de apapacho, todos juntos hablan un día sí y otro también
del “conflicto de interés” del hijo del presidente y su esposa la que rentó la
residencia.
Como los abogados dicen -aceptando
sin conceder- que hubiera el tan buscado conflicto de interés, prefiero un hijo
defraudador, mala-cabeza y sinvergüenza si lo fuera, que todo un gobierno como
los de los últimos presidentes de México, sus hermanos, hijos, cuñados,
secretarios de gabinete, directores de paraestatales, ministros, jueces y hasta
agentes del MP y policías y agentes de tránsito y también legisladores robando
impunemente.
Repito -aceptando sin conceder-
prefiero uno, dos, tres o diez ladrones que todos, del uno al más de mil,
(concesiones por 100 años, prisiones privatizadas y carísimas, contubernio para
la venta de medicinas, “inversiones extranjeras” con dinero de la banca social,
etc., etc.) al robo por sistema tapado por una enorme, inconmensurable cobija
de impunidad.
La mañanera… esa tan criticada, esa
que le molesta al INE, esa que provoca división y encono entre los mexicanos…
es mejor porque todos los días se informa; porque allí hay denuncias y
seguimiento y no como antes lo hacían los gobiernos: en la opacidad, a espaldas
del pueblo, contra los intereses de la mayoría de los mexicanos.
En síntesis, hacían sus cochinadas
como los gatos… y éstos ni las tapaban.
No hay proporción por mas que quieran
y le busquen.
Hay claro quien no quiere ver más
allá de lo que siente, son de los que no convencería ni el Espíritu Santo.