La Revolución y
los salarios mínimos
Fernando Rangel de León
La Revolución Mexicana, tuvo entre otro muchos objetivos, la defensa de los trabajadores en contra de la explotación de que eran objeto por parte de los patrones, protegidos por el gobierno de Porfirio Díaz; contra cuyos abusos y arbitrariedades los obreros se organizaron y empezaron a protestar contra los salarios de hambre, salarios elevados solo para los extranjeros (violatorios del principio “a trabajo igual, salario igual”), jornadas inhumanas por lo prolongadas, sin descansos y sin vacaciones.
Entre las protestas de los obreros que fueron una de tantas
causas de la revolución, destacaron la de los mineros en Cananea, Sonora, en
1906, y la de los obreros textiles de Río Blanco, Veracruz, en 1907; que fueron
sangrientamente reprimidas por el gobierno Federal, con cientos de
desaparecidos, encarcelados y muertos; lo que concientizó a la población a
luchar para que hubiera una transformación en el Estado y en el Derecho, que
solo servían de instrumentos legales para proteger a los patrones y
reprimir a los trabajadores.
Por eso los trabajadores abrazaron la causa revolucionaria,
y por eso cuando esta triunfó, los diputados Constituyentes, revolucionarios y
progresistas, haciéndose eco a las demandas de los obreros,
elevaron a rango constitucional en el artículo 123 de lo que sería la
Constitución de 1917, la primera en el mundo que garantizó los derechos
laborales; adelantándose a las Constituciones de 1917 en la URSS, y a la de
Weimar, Alemania; los derechos fundamentales de los trabajadores; y la que
sirvió de ejemplo para el mundo.
Entre esos derechos humanos están los salarios mínimos que deben “ser suficientes para
satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden
material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los
hijos”.
En estos días últimos de
noviembre la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos CONASIM, integrada
por representantes de los trabajadores, los patrones y el gobierno, está
teniendo reuniones para determinar los nuevos salarios mínimos que entrarán en
vigor el próximo 1° de enero de 2022, los que deben de tener un aumento similar
al de 2019 que fue de 20%, al de 2020 que fue de 16% y el de este 2021 que fue
de 15%; por lo que el actual salario mínimo son $141.70; aumentos que
no se tuvieron en los últimos 32 años.
Hay propuestas del
porcentaje a aumentar a los salarios mínimos, que van desde un 15% a un 30%;
pero su determinación no puede ser arbitraria, sino que deberá
basarse en las necesidades de los trabajadores y de sus familias,
en su productividad laboral,
en la economía y sobre todo en el
Tratado México-Estados Unidos-Canadá o T-MEC, entre otros
factores, para que a la vez que sean humanitarios y dignos, no sean
inflacionarios.
Pero sobre todo el gobierno
debe de cuidar que el aumento de los salarios mínimos, no sea un pretexto
para el aumento de los precios, sobre todo de los cada vez más
extensos artículos de la canasta básica