¿Resucitación o
la última boqueada?
Periódico 4º Poder
Con un acto apenas significativo el
PRI de Durango registró a quienes muy pronto serán sus dirigentes formales.
Arturo Yáñez Cuéllar y Rocío Rebollo
Mendoza serán sin duda los ungidos porque el PRI como sabemos, no sabe de
democracia ni participación de la militancia y otra vez -igual que siempre- los
candidatos son designados por medios nada claros y luego casi todos los
militantes se van “a la cargada”.
Y decimos que casi todos porque en
esta ocasión, al menos en La Laguna, se considera que Rocío Rebollo debía haber
ido como presidente y Arturo Yáñez como secretario general; es decir, la
fórmula al revés de como fue presentada, si se hubiera considerado participación,
trayectoria y capacidad política.
El partido otrora invencible y dador
de cargos públicos es hoy una tercera lejana fuerza en el Estado de Durango
después de Morena y de Acción Nacional que se mantiene, este último, gracias a
que el gobernador es panista y a su tradicional grupo sólido y activo -pero
reducido- núcleo.
La propuesta del PRI causa como muchas veces antes inconformidad y
descontento y ahora esos sentimientos se manifiestan porque antes como decía
don Fidel:
“El que se mueve no sale en la
foto” y cualquier descontento era motivo de castigo con relegación o
aislamiento; ahora, como allí está Morena que todavía acepta a los inconformes
de otros partidos “purificándolos” a medias como a Otniel García, frustrado ex
candidato priista a la alcaldía de Durango capital y hoy dirigente estatal de
Morena o a Marina Vitela ex secretaria general priista y hoy vacua alcaldesa de
Gómez Palacio, se perdió el miedo de irse del tricolor.