¡Faltan médicos!
Periódico
4º. Poder
Aunque parezca mentira y parezca también que abundan (en el casi extinto directorio telefónico) si necesitas un especialista… o no lo encuentras o tienen su agenda llena y no pueden atenderte.
Antes un médico, cualquier doctor se titulaba como médico general y partero; ahora hay especialistas para todo y la mayoría te consultan (y cobran) sólo para decirte que vayas a tal o cual laboratorio a hacerte análisis o a tomarte radiografías porque sin esos análisis o radiografías no se atreven a aventurar ningún diagnóstico.
Los que ya somos catalogados como de la tercera edad, tuvimos la suerte de ser atendidos por médicos que veían al paciente de manera integral:
¿”Estás comiendo bien”?
-Sí doctor.
¿”Estas defecando bien”?
-Sí, doctor.
-“Entonces vamos de gane… ¿a ver, cuéntame qué te pasa”?
Y así se exponía la molestia o el dolor y comenzaba el tratamiento con una receta desde la primera visita al consultorio y te pedían: llámame para saber cómo seguiste y no te obligaban ir una y otra vez para examinarte.
Ahora, trata de conseguir una cita, aquí en La Laguna con -por ejemplo- un gastroenterólogo… y es más fácil sacarse el Melate o esperar que el Hombre llegue a Marte.
Hay dos o tres, todos sobresaturados de pacientes y si aceptan a un cliente (perdón, paciente) nuevo, es por pura piedad.
Claro que sigue habiendo galenos altruistas, dedicados, con vocación que no ven su título sólo como medio para enriquecerse, que se conduelen del dolor ajeno y que tratan de curar la dolencia y la enfermedad; existen algunos que cobran muy por debajo de lo que se acostumbra incluso entre especialistas hay los que cobran como médico general.
Son pocos sí, pero los hay y ellos sin duda tienen el reconocimiento agradecido (y las oraciones) para su bienestar y el de sus familias.