Sin título

 
¿Bajará el gas?
Miguel Ayax González Hubbard
Periódico 4º. Poder
 
Lo hemos dicho una y más veces: en La Laguna la distribución y venta de gas está controlada por pocas Familias, lo monopolizan y lo entregan a los consumidores al precio que les da la gana.
La molécula ha alcanzado por kilo hasta casi 14 pesos y ni Profeco, ni san Juditas ni nadie ha podido evitar ese robo, esa explotación, esa desmedida exacción al pueblo.
Dice López Obrador el presidente que en la ciudad de México es donde está más cara su venta y eso creo, porque en La Laguna nomás ha estado de pasada.
Sin embargo, ayer viernes dijo en “la mañanera” que de seguir las cosas como van; de seguir el incremento de precios, el gobierno, aunque no les guste a los adversarios conservadores, pondrá un precio oficial.
     Así, el gas se venderá como antes las gasolinas a un preció solo, único, desde Baja California hasta el sureste del país… y ese precio, lógicamente, no les gustará a los expendedores.
    El tema salió al tratarse lo relativo al aumento al precio de la tortilla porque en el país hay sólo 2 empresas que controlan el alimento básico de la nación: Maseca y Minsa, aunque hay voces que dicen que las dos son una misma y que igual que en el caso del gas, los monopolistas vende a como quieren.
    Veremos qué pasa al respecto y si los distribuidores -por conveniencia y no por solidaridad con las clases medias- moderan su ambición y los precios.
XXX
¿Precios máximos?
La medida que estudia la presidencia de la república para imponer un precio máximo al gas, va contra las políticas del mercado moderno;
contra la ley de oferta y demanda que rige a nivel internacional;
contra los intereses del comercio mundial y si llega a hacerse esta acción, la decisión nos llevará de vuelta a viejas e inoperantes políticas de hace treinta o cuarenta años.
Además, es un golpe en la mesa cambiando sin aviso previo la forma acostumbrada de producir y comerciar.
     Tampoco ha caído bien la amenaza de abrir el mercado nacional a la importación de maíz que ayude a controlar el precio de la tortilla y se afecte a los productores y a las grandes comercializadoras.
     Mucho ha comenzado a hablarse al respecto, muchos opinan y ven riesgos en las medidas y ya hay quien piensa habrá escasez.
      La realidad es que los monopolios gaseros están acostumbrados a vender con exageradas ganancias, ganar cuatro o cinco pesos por kilogramo y es el consumidor el que siempre pierde, el que siempre paga.
   La tortilla que antes subía veinte o cincuenta centavos el kilogramo con gran disgusto e inconformidad de los consumidores, ahora da brincos de a peso, de a dos y el kilogramo cuesta mas de veinte pesos… porque se hace con gas.
       Digan lo que digan los industriales de la masa; digan lo que digan los gaseros, si bajan los precios, si se fortalece el salario, los empresarios influyentes, los “coyotes”, los políticos, pueden decir misa.
Los gasolineros pueden ir poniendo sus barbas a remojar
Sin Bozal

.-INFORMACION PERIODISTICA LA PALABRA; es la mayor virtud y riqueza de un hombre, el que no la tienen ni cumple, esta hueco

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