AMLO y Jorge
Ramos
Miguel Ayax
González HubbardPeriódico 4o. Poder
El presidente es un gran comunicador,
reconocen sus partidarios y adversarios; debate con tal fuerza y contundencia
que hasta el “jefe” Diego resultó derrotado cuantas veces lo confrontó; en “la
mañanera” da cátedra muchas veces a quienes acuden; tiene fuerza, respaldo
popular refrendado en la última elección donde ganó 11 gubernaturas y la
mayoría simple en la Cámara de Diputados.
Ayer, ese presidente fuerte,
respaldado y con argumentos para el debate, apenas se defendió del reportero de
Univisión Jorge Ramos quien lo cuestionó -como él es- de forma poco comedida y
hasta altanera.Atravesado, suficiente, burdo y con poco tacto el reportero preguntó sobre diferentes cosas relativas a la inseguridad y a los fallecidos por la pandemia del covid.
El presidente tuvo que recurrir a sus “otros datos”; toleró ser interrumpido varias veces y se enfrascó en la discusión con dime que te digo (por no decir dimes y diretes que suena a riña) que parecía no llevar a ningún lado.
El reportero de Univisión que fue echado de una conferencia de prensa con Donald Trump no iba a recibir una descortesía de tal magnitud por parte de López Obrador pero en el respeto a la profesión del periodista, el presidente se vio disminuido, cosa igual que sufrieron sus antecesores, cuando Fox no pudo contestar si usaba Prosac y Peña Nieto ni siquiera pudo explicar de qué murió su primera esposa.
En la misma “mañanera” y contestando a otro reportero, el presidente habló (allí sí largo, tendido y sin interrupciones) sobre la falta de ética de los medios de comunicación en el mundo; preguntó que cómo le iría si aquí el gobierno hubiera decidido derrumbar -como en la Florida- un edificio junto al colapsado con mas de un centenar de desaparecidos.
Luego habló de otros temas, volvió a tratar lo reprobable de la corrupción, la impunidad… y el nepotismo.
Sobre esto último se pudo escuchar
una sonora carcajada salida del palacio municipal gomezpalatino.
(Hoy me tildarán de “conservador”… mañana de “chairo”, cuando vean mis comentarios.
(Hoy me tildarán de “conservador”… mañana de “chairo”, cuando vean mis comentarios.