Tránsitos
desatados
Miguel Ayax
González HubbardPeriódico 4º. Poder
Los agentes de vialidad que se
crearon originalmente como un apoyo para los conductores, normando y
controlando la vialidad en calles y carreteras, han descompuesto su función a
tal grado que están convertidos en recaudadores de multas.En Torreón y Gómez Palacio principalmente pero también en Lerdo esos cuerpos de supuesta seguridad se han tornado en un peligro para todos porque están conformados ahora para la caza de choferes a los que multan por cualquier motivo, justificado o no.
En Torreón, en esta administración municipal panista que concluye por decisión ciudadana que optó por el PRI, los pleitos y escándalos entre “tránsitos” y particulares trascendieron a la opinión pública por la violencia suscitada, las más de las veces originada por los supuestos servidores públicos.
En Gómez Palacio las cosas no son muy distintas y con el agravante de que las autoridades municipales han puesto a infraccionar a mujeres tan autoritarias e intransigentes o mas que los varones por su falta de preparación de tal modo que ahora es muy común ver un vehículo tras otro detenido por supuestas irregularidades y ninguno escapa de una multa.
La rapacidad de la administración municipal; la obcequedad de sus elementos y la percepción de la ciudadania que los ve como una amenaza cargada de prepotencia e injusta, da pie a hechos como el del pasado domingo cuando un particular, para evitar ser “mordido” por un patrullero lo amenazó con un arma haciéndolo perder el control de su vehículo y chocar contra otro.
El transgresor (que no ha sido detenido) en vez de verse como un energúmeno infractor se mira como un audaz justiciero, héroe popular que dio a los abusones una sopa de su propio chocolate.