¿Quién de MORENA
para Durango?
Periódico 4º. Poder
Con las declaraciones del doctor José Ramón Enríquez, senador de la república acerca de que sí quiere ser el próximo gobernador de Durango, se perfila como el candidato natural de ese partido, Morena.
El arrastre del presidente López Obrador, sus mañaneras y el constante machacar sobre la corrupción de “los conservadores”, pone a sus candidatos al frente de las intenciones del voto, más cuando el PRI tiene (al menos entre quienes ya dijeron querer participar) prospectos o ya derrotados o poco conocidos fuera de la ciudad capital mientras que Acción Nacional todavía no da luz verde para que sus aspirantes empiecen a hacer campaña.
El doctor Enríquez Herrera que lleva ya un buen rato en las lides políticas y conocedor de las campañas, estrategias y movimientos de todos los partidos de los que ha formado parte, se coloca como el puntero en esa carrera.
El senador ha sido militante de casi todos los partidos sobrevivientes y deja atrás al “súper síndico” Omar Castañeda González quien apenas va a conocer la Cámara de Diputados por dentro y a la alcaldesa Marina Vitela porque el municipio que comanda en La Laguna no da suficiente campo para “calar” en el resto del Estado.
Y no cala porque su actuación al frente de la presidencia municipal ha sido más que pobre, deplorable.
Ha ejercido el rapaz nepotismo tantas veces criticado por López Obrador; no tiene ninguna obra digna de mención y por el contrario, los servicios públicos están descuidados, las sesiones de cabildo se hacen con opacidad, los agentes de tránsito están convertidos el inspectores de recaudación para la tesorería municipal y los colaboradores de Vitela Rodríguez más que sus subalternos parecen cómplices en la rapiña.
Lo que esperamos los duranguenses es que el futuro gobernador, sea del partido que sea, no nos resulte tan nefasto como esta “representante popular” que nunca se ha preocupado (y mucho menos ocupado) por el bien de Gómez Palacio.
Nota al margen. Ayer el senador tuvo un
multitudinario desayuno con laguneros empresarios, comerciantes, industriales y
desde luego periodistas.
A ese convivio el que esto escribe no fue requerido, tal vez porque ahora no hubo un colega que me llamara; tal vez porque los encargados de la casa de campaña siguen sin encontrar mi número telefónico o quizás -y poco lo creo- porque luego de ser retratado recibiendo el obsequio subieron sin mi consentimiento la foto a las redes sociales.
Si el motivo fuera esto último, el doctor (por el que guardo simpatía desde que fue secretario de Salud en el Estado) o sus organizadores mostrarían ser de la ahora llamada “generación de cristal”; es decir que nada aguantan y para gobernar, administrar y dirigir, la intolerancia y la arrogancia no son ventajas ni buenas cualidades.
Y no es por el desayuno
A ese convivio el que esto escribe no fue requerido, tal vez porque ahora no hubo un colega que me llamara; tal vez porque los encargados de la casa de campaña siguen sin encontrar mi número telefónico o quizás -y poco lo creo- porque luego de ser retratado recibiendo el obsequio subieron sin mi consentimiento la foto a las redes sociales.
Si el motivo fuera esto último, el doctor (por el que guardo simpatía desde que fue secretario de Salud en el Estado) o sus organizadores mostrarían ser de la ahora llamada “generación de cristal”; es decir que nada aguantan y para gobernar, administrar y dirigir, la intolerancia y la arrogancia no son ventajas ni buenas cualidades.
Y no es por el desayuno