Esterilización
Miguel Ayax
González HubbardPeriódico 4º. Poder
Irene Ramírez Juárez, una sureña de
35 años de edad avecindada en Monterrey; estuvo a punto de perder la vida
arrastrada por el agua de un arroyo en el municipio de Escobedo pero, por
fortuna, sobre todo para ella, fue rescatada por varios hombres.La mujer era arrastrada por la corriente cuando fue vista por gente del lugar que de inmediato dio aviso a las autoridades acudiendo policías y personal de Protección Civil.
Cuando arribaron al lugar hallaron a la señora asiéndose a la rama de un árbol y luchando contra la corriente y así pudo ser rescatada.
El hecho, el rescate es digno de contarse pero más lo es el que la joven mujer sea madre de 10 hijos, todos menores de edad y al parecer, sin pareja estable.
Fácil es pensar la suerte que correrían esos niños si fallece la madre, una madre irresponsable, de escasos recursos económicos y que tendrían que ser recogidos por las autoridades para entregarlos en adopción, separándolos y haciendo inciertos sus futuros.
La madre, a todas luces irresponsable, debiera ser tratada psicológicamente porque hasta ahora nadie sabe si cayó al arroyo o se arrojó.
Tener diez hijos, diez responsabilidades y sin dinero, a cualquiera saca de quicio.
Por ello y aunque lo que digo sea politicamente incorrecto, aunque se opongan las iglesias, las faministas, los defensores de los derechos humanos y otros, el gobierno federal debía hacer una campaña concientizadora para esterilizar por voluntad propia a todas las mujeres que ya siendo madres deseen dejar de tener mas hijos.
La pobreza es dueña de este país y acarrea inconformidades, enfermedad, descontento y claro, delincuencia.
Por ello y pese a que hay miles de muertos en las luchas intestinas de la criminalidad, principalmente entre narcotraficantes, los sicarios no se acaban porque cualquiera puede empuñar un arma pero no hacer una carrera universitaria que requiere tiempo y sacrificios.
Si el problema de la explosión demográfica en el país se da en todos los Estados, el sur y sureste de México y sobre todo en las zonas indígenas hace crisis.
Mientras no se frene esa ola de nacimientos desmedida, mientras los niños vengan por accidente y no sean ni deseados y mucho menos cuidados y bien atendidos, la sociedad irá perdiendo