Sin título

 
Mario Delgado
Miguel Ayax González Hubbard
Periódico 4º. Poder
 
Sin duda debe ser muy leal a su grupo y a Marcelo Ebrard; tal vez honesto porque aunque recibió críticas cuando fue secretario de finanzas del gobierno capitalino, las acusaciones se dirigieron a su jefe y no a él directamente; ese alfil del régimen es ahora el presidente (gerente) de Morena y su arribo a la dirigencia y su actuar, son presa de acres comentarios y no sólo de los morenistas fundadores ni de los “militantes de siempre” olvidados para los cargos de elección popular víctimas de arreglos y componendas con grupos priistas, panistas, perredistas, etcétera, sino de los de su mismo grupo o partido como Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y hasta el propio Cuauhtémoc Cárdenas.
    Y la antipatía hacia Mario Delgado no es somera; sabemos que todos en nuestro yo interno sentimos simpatía o antipatía por alguien a quien apenas conocimos; nos cae bien o nos cae mal de primera impresión aunque algunas veces reconozcamos que juzgamos mal a las personas que a veces resultan buenas y hasta agradables.
    Bueno, el caso es que Delgado es un individuo falto de carisma; no se le encuentra por ningún lado y aunque la dirigencia de los partidos no es un concurso de gracia y simpatías -visto está con “Alito”, Marko Cortés y sobre todo con Jesús Zambrano- ponerlo al frente de Morena por capricho del canciller y con la venia del presidente, al movimiento le traerá más perjuicios que beneficios.
   Las pruebas de lo que afirmo no son sólo por la accidentada gira que recientemente hizo por La Laguna donde afloraron las inconformidades y los desencuentros; la determinación de algunos militantes de no apoyar las campañas o estar, según dijeron, de brazos caídos en la contienda.
También porque en el Distrito Federal, ahora  ciudad de México, desde hace muchos años gobernada por la izquierda, desde Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles Berlanga como sustituta, Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas y Marcelo Ebrard quien hizo todo lo que pudo para dejar en el cargo a Delgado y no pudo, perdiendo la elección contra Miguel Ángel Mancera, el atildado senador quien sin duda será investigado por sus robos cuando -ese sí- deje de ser parte del Senado.
   Entonces, Mario Delgado -digo- es de sangrita pesada y ponerlo de dirigente, a la vista, para convencer y ganar adeptos, no tiene futuro.
     Menos en estos tiempos que ya no son los mismos del 2018 cuando el “efecto López Obrador” llevó al poder a tanto impresentable al Congreso, a las diputaciones y a las alcaldías.
    Imagínense que, por ejemplo en Gómez Palacio donde los alcaldes han sido empresarios, médicos, abogados, profesionistas de diferentes áreas hoy esté “dirigido” por gente mediocre, sin capacidad, negligente, que hace nepotismo y que, contra lo que dice el presidente López Obrador actúa contrario a la cantaleta de “no robar, no mentir y no traicionar al pueblo”
Sin Bozal

.-INFORMACION PERIODISTICA LA PALABRA; es la mayor virtud y riqueza de un hombre, el que no la tienen ni cumple, esta hueco

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