Vacunas si ó no
Miguel Ayax
González HubbardPeriódico 4º. Poder·
Primero fue un ligero escozor en la garganta, sin
dolor y apenas molesto; luego, un dolorcillo de cabeza que fue incrementándose
hasta llegar a la migraña; con mi incredulidad, pues me creía inmune, accedí a
una prueba de covid, esa peste que llegó poco a poco, callada, subrepticia como
ladrón que se mete a tu casa y te roba y te daña sin saber hasta dónde; y sí,
resultó positiva; me dijeron váyase a casa, tómese esto, sepárese de su familia
y que cada cosa que toque sea rápidamente desinfectada; tenga cuidado, use el
tapa-boca permanentemente, descanse porque se sentirá fatigado y tendrá
dificultades para respirar si se agrava. Si no, será uno de los muchos que
vencen al virus.Con temor me fui a mi casa, estuve solo en mi cuarto y efectivamente comencé a sentirme cansado y molesto; quizás mas molesto que cansado y con la pregunta de ¿dónde diablos me habré contagiado? si casi ni salía pues dejaba mi casa sólo para ir a comprar lo necesario, ir de vez en cuando a comer fuera, al banco por necesidad y cuando recibí a mis amigos lo hice porque venían de fuera y hacía mucho no los veía.
Perdí el gusto por la comida porque ¿qué caso tiene comer cuando lo que pruebas no tiene sabor ni olor?
Me subieron los dolores de cabeza y comencé a jadear buscando el aire que me falta y comencé a hiperventilar; es decir a respirar entrecortadamente, “por encima” porque no logré aspirar con profundidad y así comencé a asustarme deveras.
Perdí color, perdí peso con mucha rapidez, me puse pálido y ante mi situación me llevaron de urgencia al hospital.
De allí en adelante poco recuerdo: ruidos, prisas, pasos, estrujamientos y luego... silencio, silencio y oscuridad.
Hoy voy al crematorio, ¿desapareceré por siempre? ¿iré al Cielo o purgaré mis pecados en fuego manso?, ¿volveré a ver a mis padres desaparecidos, a mis amigos, a los que quise y conocí y murieron antes que yo?
Esta inquietud no llega a ser angustiante; como creyente tengo fe y espero que no me falte, aunque no dejo de pensar ¿por qué no alcancé a tiempo la vacuna?
Que si china, que si rusa, que si gringa... que importa si hubiera podido.
(Este -para que lo sepan- es un cuento y el que escribe sigue en este mundo pensando sobre qué escribir mañana).
Gracias.