Apagón
Miguel Ayax
González HubbardPeriódico 4º Poder
En un país polarizado como el
nuestro, cualquier vicisitud agudiza los rencores.El coronavirus que es una pandamia, es decir, una enfermedad de afectación mundial, aquí encrespa los ánimos, causa exposición terca, mal intencionada de argumentos y hasta reyertas verbales.
Los apagones por la
falta de gas necesario para hacer funcionar la maquinaria productora de energía
eléctrica provoca daños generalizados; en casa se descomponen los alimentos
guardados en los refrigeradores; en los comercios se detienen los negocios
porque ahora, por extraño que parezca, ya casi nadie sabe hacer una cuenta con
papel y lápiz y los que sí, están impedidos por la falta de energía eléctrica
para manejar el “stock” y en la industria... ni se diga.
Sin embargo, las
redes sociales se llenan de acusaciones, principalmente para el gobierno que en
la intención de cambiar las cosas, lo ha hecho sin estrategia causando otros
daños e inconvenientes.
El manazo a las
guarderías, el brusco tajo para combatir el huachicoleo cerrando ductos y que
dejó a ciudades enteras sin combustibles, son pruebas de ello.
Sin embargo, la
mayoría critica los efectos y no las causas que nos exponen a lo que ahora
sufrimos. Nomás falta que lo acusen de la rotura de tubos de agua potable a
causa del frío.
Aunque no sea
consuelo para muchos afectados, en el vecino país del norte los particulares
tuvieron que dejar sus frías casas e ir a calentarse a los vehículos que
estaban tapados por la nieve.
Incluso, obligó a
familiares míos en Austin, Tex., que tuvieron que derretir nieve en la estufa
para hacerla líquido y poder preparar sus alimentos pues de las tuberías nada
lograron por el congelamiento.
Si México fuera
autosuficiente, si aquí se generara la energía, si no dependiéramos del
extranjero en energía.., en alimentación... en tecnología... y en muchas otras
cosas otro gallo nos cantara.