Mujeres...unas y
otras
Miguel Ayax
González HubbardPeriódico 4º. Poder
Olga Sánchez Cordero, Secretaria de
Gobernación; María del Rocío García Pérez, directora del DIF nacional; Rosa
Isela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana; Fabiola
Alanís, titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia
Contra las Mujeres y Alicia Leal, coordinadora del grupo interinstitucional,
ayer miércoles en “la mañanera”, estuvieron hablando de cosas importantes, muy
importantes.
Allí mismo se dio a conocer que la
gobernadora de Sonora Claudia Pavlovich será la primera mujer directora de la
Conago (Conferencia Nacional de Gobernadores).
Son mujeres que
gobiernan, toman decisiones que nos afectan a todos, están más que emancipadas,
tienen en su poder hacer o deshacer y tratan asuntos tan complejos como lo de
las leyes, los feminicidios, las relaciones del gobierno federal con Estados y
municipios y muchos otros de índole diversa.
Tienen la confianza
de los hombres; del Presidente de la República que les delega responsabilidades
y de sus maridos si los tienen.
Mucho poder y mucha
responsabilidad, tanta que casi se equipara al poder y responsabilidad de las
mamás que tienen hijos pequeños y los atienden y los mantienen limpios y sanos,
que les hacen compañía y les dan protección.
Casi como la responsabilidad que tienen las señoras em-pe-ci-na-das a tener su casa en forma digna y pulcra sea lujosa residencia o casa humilde.
Casi como la responsabilidad que tienen las señoras em-pe-ci-na-das a tener su casa en forma digna y pulcra sea lujosa residencia o casa humilde.
Casi igual que la
esposa que atiende a su marido, lo acompaña, lo apoya y, cosa importantísima,
lo escucha.
La que se preocupa
y ocupa de sus hijos estudiantes, jóvenes con dudas e inquietudes y que siempre
en su madre hallan confianza y tolerancia.
La mujer joven o
madura que obligada por las necesidades va todos los días a cumplir una
función, llenar un horario, mostrar su mejor sonrisa... aunque su pensamiento a
veces esté ausente.
En lo personal, me
congratulo de tener una compañera de vida que trabaja diez o veinte veces más
que yo y unas hijas que llenan mis expectativas como padre y la de sus familias
como personas responsables, ecuánimes y solidarias.
Motivos para agradecer
todos los días a nuestro bondadoso Creador.