José Rosas Aispuro,
salivazos para
combatir el COVID-19 en
Durango
Acorralado por los resultados de las políticas
dictadas contra el COVID-19,- saliva y propaganda en los medios-, y, con un
desgaste cada vez más acelerado de credibilidad en la población que gobierna,
José Rosas Aispuro, anunció el pasado el pasado martes 3 de noviembre, la
instalación de 15 camas y la contratación de personal médico “especializado
que pueda liderar al equipo médico, (actualmente trabajando)”,
reconociendo con esto, la deriva que existe en los servicios médicos y el nulo
efecto de las políticas de salud que se han llevado a cabo en el estado en
contra del COVID-19.
Los salivazos de Aispuro Torres y la corrupción,
han sido la constante de esta administración en 4 años de gobierno, por lo
mismo se han perdido avances en los llamados índices de bienestar, tal como
está registrado en las cifras del INEGI e IMCO.
Luego con la postura de creer que el coronavirus viaja en camión y que sólo pasa por los puentes que unen Gómez Palacio y Ciudad Lerdo, Durango con Torreón, Coahuila, como principal vía de contagios, ordenó cerrar las pasaderas que vinculan la economía regional en La Laguna, acción que fue aplaudida por los secretarios patiños de Gobierno Héctor David Flores Ávalos, y el de Salud, Sergio González Romero, mientras el COVID-19 se extiende imparable en los centros de trabajo, sin que se dé a conocer la magnitud de los contagios en los polos laborales, como tampoco se obligue a los patrones a tomar las medidas necesarias para detener la pandemia en los sitios de empleo.
Tan fracasadas fueron estos decretos que, en noviembre, la pandemia creció exponencialmente saturando los hospitales como consecuencia del incremento de los números de infectados por este flagelo de salud, que mantiene a la entidad en Semáforo Rojo de salud; en tanto las camas prometidas y el personal de salud que iba a ser contratado, sigue sin aparecer; puros salivazos de Aispuro Torres, para no variar en su forma personal de “gobernar”.
Son tan fracasadas la política de combate alCOVID-19 en Durango, que la llamada Mesa de Salud de La Laguna, ya calificó como fiasco las medidas gubernamentales adoptadas para controlar la pandemia.
Sin embargo, esto no impide que José Rosas Aispuro, siga recetando saliva y su difusión en los medios, como la receta más efectiva de controlar el coronavirus, al menos en el ilusorio gubernamental, mientras los contagiados aumentan en Durango, al igual que los muertos.
Los resultados negros del COVID-19 que José Rosas Aispuro Torres, pretende suavizar con saliva y medios de comunicación
Lleno de atavismos el gobernador panista de Durango, José Rosas Aispuro, le ha puesto vías de circulación e incluso horarios a los movimientos del COVID-19.
Primero cerró, los puentes que unen a Ciudad Lerdo y Gómez Palacio, Durango, con Torreón, Coahuila, los fines de semana.
Además, “descubrió” que el coronavirus viaja en autobús y taxi, sacando de circulación estas maneras de desplazamiento de las personas que carecen de automóvil.
Ahora, pretende con toques de queda decir que a este virus le gusta circular más intensamente de jueves a lunes. Intentan parar la libre circulación estos días, poniendo horarios restrictivos del jueves a las 7 de la noche y días subsecuentes hasta el lunes a las 5 de la mañana.
En tanto, sigue sin exigir a los patrones, medidas mínimas de protección para los trabajadores. El caso es que, aunque ha prohibido la venta de alcohol, los lugares clandestinos y otros no tantos donde expenden bebidas alcohólicas, siguen funcionando sin restricciones.
Tan erradas ha sido las políticas para enfrentar el COVID-19, que la pandemia se encuentra imparable en el estado.
Los números además lo muestran, los enfermos y los muertos también. Por ejemplo, en octubre, los casos se incrementaron al 500 por ciento, al extrapolar los contagios de octubre con el resto de los meses anteriores.
De un promedio de 70 infectados diariamente, despuntaron hasta 364 enfermos. Con todo y esto, José Rosas Aispuro, siguió mintiendo acerca de la presencia de la enfermedad e incidencia en la salud de la población.
Por eso, no es extraño que en noviembre la pandemia siga imparable en el estado, por más esputos que lance el gobernador de Durango, anunciando mediadas coercitivas y acciones de saliva acerca de dotar con materiales y camas a los hospitales, así como la contratación de más personal médico.
Y es que los 393 contagiados del 5 de noviembre lo obligaron a anunciar medidas de salivazo urgentes, ya que nada se ha cumplido. Para el 21 de noviembre, Durango, acumulaba 18 mil 927 enfermos de COVID-19, y 1mil 131 muertos, desde que se empezó a registrar la pandemia del COVID-19 en la entidad.
Para el 30 de noviembre, las promesas hechas por el gobernador prianista, José Rosas Aispuro, se quebraron. Los atacados por el SARS-COV2, llegaron hasta 21 mil 747 infectados y 1 mil 247 difuntos; es decir, los contagiados se elevaron en 2 mil 820, en una semana, casi el 15 por ciento del histórico acumulado en todo este trayecto de la peste.
Tan grave es la situación en los hospitales, – anunciados varias ocasiones por el secretario de Salud como saturados-, así como la atención a los enfermos que de octubre a noviembre las muertes por COVID-19 en Gómez Palacio, despuntaron brutalmente en un 380 por ciento, al pasar de 36 fallecidos en octubre a 136 durante el mes de noviembre.
Y todo indica que la tendencia de enfermos y muertos seguirá; no hay políticas de salud que funcionen en Durango, cuando el gobernador José Rosas Aispuro, el de “El gobierno del cambio (de reversa)” es incapaz de trazar lineamientos de sanidad efectivos; sus intereses están en otras partes.
José Rosas Aispuro Torres, cree que con salivazos detendrá la pandemia, apoyándose en la complacencia de los medios de comunicación, junto con la complicidad de los diputados locales, sumados a la connivencia de los funcionarios estatales; quizá Rosas Aispuro, no está enterado que es con los esputos que se propaga el SARS-COV2.
Aispuro Torres, salió peor que su gran aliado del momento, el corruptazo ex gobernador priista y diputado federal, Ismael Alfredo Hernández Deras, así como su antecesor, Jorge Herrera Caldera.
Durango, entrará al mes de diciembre, otra vez en semáforo rojo de salud; a ver cuántos muertos deja el COVID-19, estos 31 días por venir con este gobernador irresponsable.
jmonrreall@yahoo.com
Luego con la postura de creer que el coronavirus viaja en camión y que sólo pasa por los puentes que unen Gómez Palacio y Ciudad Lerdo, Durango con Torreón, Coahuila, como principal vía de contagios, ordenó cerrar las pasaderas que vinculan la economía regional en La Laguna, acción que fue aplaudida por los secretarios patiños de Gobierno Héctor David Flores Ávalos, y el de Salud, Sergio González Romero, mientras el COVID-19 se extiende imparable en los centros de trabajo, sin que se dé a conocer la magnitud de los contagios en los polos laborales, como tampoco se obligue a los patrones a tomar las medidas necesarias para detener la pandemia en los sitios de empleo.
Tan fracasadas fueron estos decretos que, en noviembre, la pandemia creció exponencialmente saturando los hospitales como consecuencia del incremento de los números de infectados por este flagelo de salud, que mantiene a la entidad en Semáforo Rojo de salud; en tanto las camas prometidas y el personal de salud que iba a ser contratado, sigue sin aparecer; puros salivazos de Aispuro Torres, para no variar en su forma personal de “gobernar”.
Son tan fracasadas la política de combate alCOVID-19 en Durango, que la llamada Mesa de Salud de La Laguna, ya calificó como fiasco las medidas gubernamentales adoptadas para controlar la pandemia.
Sin embargo, esto no impide que José Rosas Aispuro, siga recetando saliva y su difusión en los medios, como la receta más efectiva de controlar el coronavirus, al menos en el ilusorio gubernamental, mientras los contagiados aumentan en Durango, al igual que los muertos.
Los resultados negros del COVID-19 que José Rosas Aispuro Torres, pretende suavizar con saliva y medios de comunicación
Lleno de atavismos el gobernador panista de Durango, José Rosas Aispuro, le ha puesto vías de circulación e incluso horarios a los movimientos del COVID-19.
Primero cerró, los puentes que unen a Ciudad Lerdo y Gómez Palacio, Durango, con Torreón, Coahuila, los fines de semana.
Además, “descubrió” que el coronavirus viaja en autobús y taxi, sacando de circulación estas maneras de desplazamiento de las personas que carecen de automóvil.
Ahora, pretende con toques de queda decir que a este virus le gusta circular más intensamente de jueves a lunes. Intentan parar la libre circulación estos días, poniendo horarios restrictivos del jueves a las 7 de la noche y días subsecuentes hasta el lunes a las 5 de la mañana.
En tanto, sigue sin exigir a los patrones, medidas mínimas de protección para los trabajadores. El caso es que, aunque ha prohibido la venta de alcohol, los lugares clandestinos y otros no tantos donde expenden bebidas alcohólicas, siguen funcionando sin restricciones.
Tan erradas ha sido las políticas para enfrentar el COVID-19, que la pandemia se encuentra imparable en el estado.
Los números además lo muestran, los enfermos y los muertos también. Por ejemplo, en octubre, los casos se incrementaron al 500 por ciento, al extrapolar los contagios de octubre con el resto de los meses anteriores.
De un promedio de 70 infectados diariamente, despuntaron hasta 364 enfermos. Con todo y esto, José Rosas Aispuro, siguió mintiendo acerca de la presencia de la enfermedad e incidencia en la salud de la población.
Por eso, no es extraño que en noviembre la pandemia siga imparable en el estado, por más esputos que lance el gobernador de Durango, anunciando mediadas coercitivas y acciones de saliva acerca de dotar con materiales y camas a los hospitales, así como la contratación de más personal médico.
Y es que los 393 contagiados del 5 de noviembre lo obligaron a anunciar medidas de salivazo urgentes, ya que nada se ha cumplido. Para el 21 de noviembre, Durango, acumulaba 18 mil 927 enfermos de COVID-19, y 1mil 131 muertos, desde que se empezó a registrar la pandemia del COVID-19 en la entidad.
Para el 30 de noviembre, las promesas hechas por el gobernador prianista, José Rosas Aispuro, se quebraron. Los atacados por el SARS-COV2, llegaron hasta 21 mil 747 infectados y 1 mil 247 difuntos; es decir, los contagiados se elevaron en 2 mil 820, en una semana, casi el 15 por ciento del histórico acumulado en todo este trayecto de la peste.
Tan grave es la situación en los hospitales, – anunciados varias ocasiones por el secretario de Salud como saturados-, así como la atención a los enfermos que de octubre a noviembre las muertes por COVID-19 en Gómez Palacio, despuntaron brutalmente en un 380 por ciento, al pasar de 36 fallecidos en octubre a 136 durante el mes de noviembre.
Y todo indica que la tendencia de enfermos y muertos seguirá; no hay políticas de salud que funcionen en Durango, cuando el gobernador José Rosas Aispuro, el de “El gobierno del cambio (de reversa)” es incapaz de trazar lineamientos de sanidad efectivos; sus intereses están en otras partes.
José Rosas Aispuro Torres, cree que con salivazos detendrá la pandemia, apoyándose en la complacencia de los medios de comunicación, junto con la complicidad de los diputados locales, sumados a la connivencia de los funcionarios estatales; quizá Rosas Aispuro, no está enterado que es con los esputos que se propaga el SARS-COV2.
Aispuro Torres, salió peor que su gran aliado del momento, el corruptazo ex gobernador priista y diputado federal, Ismael Alfredo Hernández Deras, así como su antecesor, Jorge Herrera Caldera.
Durango, entrará al mes de diciembre, otra vez en semáforo rojo de salud; a ver cuántos muertos deja el COVID-19, estos 31 días por venir con este gobernador irresponsable.
jmonrreall@yahoo.com