¡Aspaviento encubridor!
Miguel Ayax
González HubbardPeriódico 4º. Poder
Gritos y más gritos, alharaca, aspavientos,
escándalo y exigencia de que se persiga, enjuicie y castigue al que se lleva
los recursos públicos.Así lo hacen los de la administración municipal de Gómez Palacio en funciones, administración supuestamente morenista que acusó a la ex alcaldesa Leticia Herrera y a su tesorero municipal Óscar García, del desvío de quinientos millones de pesos y que investiga la Procuraduría Anticorrupción.
Apenas llegando, apenas tomando posesión, enderezaron sus lanzas contra los funcionarios salientes siendo los orquestadores el síndico Omar Castañeda regidor en la administración pasada y el contralor Carlos Rosales Arcaute, también miembro del cabildo.
Desde que se ventiló públicamente la denuncia,
dijimos que era necesaria una investigación exhaustiva que aclare qué ocurrió y
que si hay merecedores de castigo, pues que se castiguen y, sobre todo, que se
recupere lo robado.
Sin embargo, ahora resulta que también la
administración de Marina Vitela Rodríguez tiene “déficits” económicos; es
decir, faltantes que no puede justificar de acuerdo a lo que exigen la EASE
(Entidad de Auditoría Superior del Estado) y el propio congreso estatal.
Desde hace meses se dio a conocer que varios departamentos municipales tenían un sobreejercicio económico y que se habían acabado sus presupuestos antes de que terminara el año.
Ahora resulta que el Congreso no aprueba las cuentas porque hay faltantes millones de pesos que nadie sabe dónde quedaron a pesar de que, debido a la pandemia, casi todas las actividades o fueron suspendidas o bajaron de intensidad y ritmo.
Desde hace meses se dio a conocer que varios departamentos municipales tenían un sobreejercicio económico y que se habían acabado sus presupuestos antes de que terminara el año.
Ahora resulta que el Congreso no aprueba las cuentas porque hay faltantes millones de pesos que nadie sabe dónde quedaron a pesar de que, debido a la pandemia, casi todas las actividades o fueron suspendidas o bajaron de intensidad y ritmo.
Es necesario que se aclare dónde quedaron estos
recursos porque, la pésima actuación oficial en este municipio, el encono que
ha provocado y el pésimo desempeño de los funcionarios que se demuestra con el
deterioro de los servicios públicos, nada raro sería que en las próximas
elecciones el PRI recupere el gobierno y, allí sí, Marina Vitela tendría que justificar
su actuación... o ir a chirona junto a su síndico.
Es bueno recordar que Rosales Arcaute el contralor
renunció al cargo hace meses y es el síndico (que parece y manda como
presidente municipal) quien encabeza el diferendo con la pasada administración
y lógicamente también tiene responsabilidad si hay desvío de recursos; es decir
robo, en la gestión actual.